Nos besamos, fue una explosión de sudor y lascivia... invadió mi vida y ya no tuve pensamientos coherentes. Es imposible-clamaba yo- no puedo enamorarme. ¿Quién habló de amor?-respondió, y clavó sobre mí una mirada felina que acabó por desintegrarme.
Texto agregado el 02-01-2010, y leído por 392 visitantes. (9 votos)