De madrugada me gusta sentarme a pensar y recordar, me gusta revivir sensaciones que, aunque parecen olvidadas, se mantienen en mi subconsciente. Ciertos detalles me han hecho creer a lo largo de mi corta vida que no merecía la pena seguir adelante y, sin embargo, el tiempo ha sabido administrar los conocimientos para convertirlos en valores personales, en los que me gusta apoyarme para regir mi camino, en los que me gusta reconfortarme cuando la vida se presenta, de forma inesperada, con sus vueltas de tuerca. Con los años me he dado cuenta de que poco a poco, aprendiendo a asimilar e incluso a resignarse en ciertos aspectos, las cosas pueden llenarte de alegría de un modo, aunque más sutil, más verdadero y, sobre todo, las más cotidianas.
Como siempre, la gente, los problemas, las situaciones nuevas vienen inesperadamente y, así como llegan, se van. Pero lo bueno de organizar y aclarar las distintas metas en tu cabeza es que te puedes permitir el lujo de llegar a ellas de la manera que más te llene, siempre y cuando no se pierda la perspectiva y no se dejen de lado los valores a los que me he referido. Simplemente, un día más para vivir, un día más para disfrutar o para sufrir, simplemente tiempo y camino por recorrer, pero siempre teniendo presente que podemos dar una vuelta sobre nosotros mismos y elegir la dirección.
Mi propósito para este año nuevo...caminar humildemente por la vida con la mente limpia y el paso firme.
FELIZ AÑO |