Los cambios son la prueba fiel que me preguntan cual fue la lección.
Quiero admirar las estaciones de mi corazón y velarlas aunque empiece por los inviernos de mi aflicción, solos ellos y yo, por que son míos, muy míos y me pertenecen.
Quiero vivir mi dolor a puertas abiertas al viento, al sol, al fuego.
Eres el medico que llevo dentro, la pócima amarga.
Quiero beberte en silencio, pensando que vienes de la mano del invisible.
Hasta llegar a ti mi Calma, mí añorada Calma: la del principio de mi crecimiento através del dolor.
La de mis tempestades entre noches y amaneceres, la de una vida de escapismo, la por fin capturada, la que existe, la que no conozco del todo, la majestual.
Así te busco, así te extraño cuando no estas, tu piel, tu pelo, tu color, tu calor, descanso mío, mi implosión de cordura.
Quiero fluir como el arroyo que murmura su melodía, cuando el loco engaña a su locura. |