gracias, por hacer mi vida tan complicada, por no ser un vegetal.
podría haberme conformado con tantas mediocridades... pero aguanté...
y aquí estamos, con nuestras maravillosas palabras, y nuestros maravillosos dedos, explorando
nuestra maravillosa mediocridad...
conocemos cada una de nuestras imperfecciones... miento... cada día descubrimos alguna mas.
y nos regocijamos, saltamos de alegría, y amamos nuestros fallos.
porque son nuestros, porque podemos dibujarnos con los ojos cerrados y los labios abiertos.
cuando toda esa perfección brilla alrededor nosotros nos acurrucamos y hacemos con nuestros cuerpos una cerradura.
que nadie abre, y nadie es capaz de mirar siquiera por ella.
nuestros cuerpos,echos de la basura de miles de cuerpos anteriores, remendados, oxidados.
crujen de placer con el contacto.
nuestros aceites se funden y nos bañan, buceamos en nuestro propio éxtasis y nos dormimos acurrucados, abrazados, formando una cerradura perfecta a la que no le falta aire y sobrevive por la simple autoalimentación de nuestros sueños conseguidos.