En sueños vienes otra vez -como antaño- y me derivas a la libertad -como ayer- irrumpes plácida, cálida en tu tacto y te diluyes dulcemente al volver. Sacas la voz para alojar en mi versos la excusa tarde que él no dará, secas mis lágrimas con la deuda del tiempo y me convidas otra vez a volar. Mi eterna dulce, me secas el llanto con la sonrisa en que el verso se fue tus manos tiernas me abrazan con vientre comprendiendo mi faz de mujer. Cuando partiste, viniste a entregar las partituras que en blanco llevé, con un beso en la frente has clavado reconstruyendo una idea en mi sien. Me das del miedo que a ti te dejaron la fuerza bruta en que debo emprender, eterna y dulce manta de mi amado tierna perla, Corina: lo sé...
Texto agregado el 01-01-2010, y leído por 116 visitantes. (1 voto)