El viento frio contra el rostro viejo Lagrimas desechas en el pasado El alma helada y gris Y el cuerpo: un bagazo desechado Siento arder en mis mejillas Las pálidas sombras de tus frías manos Tu recuerdo hiere las pupilas Y la huella de tu voz en mi cabeza retumba Hoy enfrento el hipogeo Y no tema ni a la nada ni al inquisidor gusano Solo tortura mi descanso La certeza, de no dejar tu presencia en el pasado
Texto agregado el 31-12-2009, y leído por 191 visitantes. (4 votos)