Felicidad
me puse a sentir lo que tengo dentro de mí... paz, una larga respiración sucedía una y otra vez, oscuridad desplazándose como nubes de un cielo escondido... seguí en mi sentir cuando me inundé de paz interior... eso es lo que quiero, es lo que busco sentir todo el tiempo... seguí así cuando una lluvia de emociones y mares de pensamientos empezaron arañar mi momento de paz... abrí los ojos, no podía seguir así y me sentí frustrado al ver que había fracasado una vez más, y esto hacía mas de veinte años... miré el reloj, aún no había pasado la media hora y quise seguir intentándolo... cerré los ojos y busqué el ida y vuelta de la respiración... me sentí tranquilo. noté que mi cara se soltaba como si fuera una cáscara, y mi cuerpo empecé a sentirlo como un cuerpo gigante en donde yo estaba encerrado... abrí los ojos y noté que todo era muy pequeño, como si fueran enanos... no sentí temor al ver a mi perro acercárseme ni pena ni ira ni nada... me sentí libre de mirar las cosas y las caras de las personas, era como si estuviera protegido tras el cristal de un estado hermoso de libertad... cerré los ojos y seguí viajando. vi una constelación de estrellas, como si estuviera en el centro del universo... todo era tan hermoso hasta que vi una mancha blanquecina que sin forma ni nada empezó acercárseme... ¿eres Dios?, pensé... la forma se puso más cerca a mí o al lugar en donde me encontraba... de pronto pude percibir que estaba apreciando algo sin nombre, era la misma mancha blanquecina pero recibía de ella un sentimiento de belleza. sentí que aquello era la belleza de las bellezas, era el rostro de algo tan hermoso... la risa más tierna de un bebé... el sentimiento más hondo del amor... es Dios, pensé... de pronto, la mancha empezó a alejarse lentamente y cuando no pude percibir nada más que mi oscuridad, abrí los ojos y estaba aún en mi cuarto... me levanté y quise salir a la calle... quise decir lo que había vivido, pero no pude, sentía que todo eso era tan solo para mí, y, para escribirlo...
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