¿Son valores realmente los mundanos?...
Abri una hoja, esa, del libro que me regalaste, y encontre tus letras, esas que intento releer pensando que estoy hablandote, y siento esa tranquilidad de un atardecer sin llanto,
y más adelante veo que no es como lo estoy viendo,
ya no soy la única en tu vida,
soy ese ser que deambuló una tras otra vez por tu piel, por tu cuerpo y sobretodo por tu alma, pero que dejo de ser lo que era,
ahora soy una más, y es que eres tanto que al mismo tiempo no eres nada,
y así de incrédula llegué hasta aca, persiguiendo tu humor, tu olor, tus sensaciones,
y ¿que fue lo primero que vi?,
que tus letras ya no eran mias,
que eso que intentaba leer para recrearte era una fantasia,
se evaporó, me evapore, nos evaporamos,
no puedo seguir creyendo que este egoismo que estoy sintiendo es un valor,
que ésta amargura en mi pecho es una sensación de libertad,
esa que me pregonabas cada segundo,
me decías que estar juntos era libertad,
pero ¿que libertad se transforma en martirio?,
y he encontrado la respuesta,
está que tu me diste,
y ¿porque?
por que me quisiste encontrar donde no estaba,
y siento llegar a la conclusión que así debía de ser.
Ahora tendré que escribirle a mis propios desatinos del corazón...
y tratar de llegar a esa libertad que me quitaste cuando cai en la profundidad de tus ojos, pero sobre todo cuando cai en los versos de tu alma.
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