Me escurro en el tiempo, que es la existencia en plenitud.
Voy pisando las baldosas, que forman un sendero sin fin.
Acuño grandes recuerdos que son mi mejor sabiduría.
Respiro profundo agradecido, aunque temo del lobo.
Se que un espejo de agua bendita nunca será un castigo.
Pero mi saliva es la bomba que hago estallar frente al demonio.
La confianza es una bóveda donde descansa mi espíritu.
Puedo desnudar mi torso castigado tan callado como un árbol sin hojas.
Texto agregado el 30-12-2009, y leído por 151
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
30-12-2009
Un relato lleno de imágenes. Me ha gustado. louyann_
30-12-2009
Reflexión poética que atrae por sus visiones. auiles
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login