Susúrrame el gesto sinuoso en ti
trazar el hálito que engendra mi espíritu,
olear mi laguna y volverte su agua,
la deixis de cálida ansia siniestra.
Tu imagen clara me revela desnudo
y solo mi ser, tiene tu dimensión.
Circunda profética sombra en ti
de todo naciente que al fin soy yo.

Tu belleza es majestuosa trompeta,
blasón del reinado que con tu voz llega,
un alto pájaro de ignota silueta
que me vuela con elocuente murmullo.
No dorada o en flor eres hermosa
(apogeos para la ostentación)
sino como un brillo áureo en las cosas
y un cultivo de jardines en mi hábitat.

Y aunque el mismo placer en ti se evoque
tu alma no vaga en el tiempo grato:
la suerte de una deliciosa bestia
que engulle a la consciencia algún momento.
Son estos los epigramas que presentas
para voz darle a tu latido mudo,
un amparo en piel al ser otorgarle.
Corazón de éste que te invoca eres.

Podría invocarte y me sabría a luz…
¿Trayecto de guía a mis cansados pasos?
¿Un punto de fuga a mi camino otorgue?
No eres razón para vivir, ni pista…
¿Para qué razón? ¡irracional idea!
Te veo y me vives al cerrar los ojos.
Aunque, cual si fueras mi bella candela,
iluminas tinieblas que soy sin ti.

Podría invocarte y me sabría a fuego…
¿Destellos que guiñan la ardiente efigie?
¿Las chispas fugaces de un casual contacto?
(cual semblante más tarde se vuelve piedra)
No, no artificios, mar que el quid navega
hasta encontrar puerto que combustione.
Es como al mundo extinguirlo para
en ti existirlo con un paroxismo.

Podría… si un nombre te trajera a mí.
Mas haces inútil la palabra huyéndole
y a veces te escondes de mi comprensión
¡Tan sólo me existes en vital capricho!
Asiduan espectros que a ti simulan,
dulce vislumbre, acogedora angustia,
que se evaporan a mi tangible vista.
De tu lumbre, sólo consigo penumbras.

A la postre de tu montaña estoy,
tu cumbre mírame su espalda y a su altura
pincelada del paisaje sólo soy,
mi afán una curiosa mancha casual.
Si tu campo elíseo me desexilia
encarnándote antaño diamantina,
en nosotros el individuo se muere
y respiro en ti para estar vivo.