Cruel es la actualidad, donde los sentimientos mas que efimeros, parecen inexistentes. Cabezas llenas de dilemas e incertidumbres viajan sin rumbo especifico en la fria soledad de la ciudad; que a pesar de la multitud de seres que la circundan, el aislamiento es mas que notorio.

Mientras mi mente y mi cuerpo atraviesa la metropoli concurrida, veo la tristeza de muchos rostros en mi travesia, la alegria fugaz en el rostro de los compradores, entre muchas otras peripecias que en mis andanzas pude ser testigo; pero en el camino, algo de manera muy especial capto mi atencion y me hizo recordar algo que jamas debi olvidar.....El Deseo De Vivir.

En ese cielo grisaceo que denotaba desesperanza, en esa tarde palida donde mostraba decepcion, pude apreciar el esfuerzo de aquellos seres que a pesar de no tener nada...aparentemente, viven y disfrutan de lo que tienen. Aunque les faltara un brazo, una pierna, o algo de comer, ellos disfrutaban a traves de sus palabras, gozaban al ver al otro hacer diferentes pantomimas, y se mantenian juntos en la gran crueldad del ambiente.

Una sonrisa se me dibujaba en el rostro, al ver aquellos deseos de vida que hacian fervor en el clima frio que nos invadia. Al pasar cerca de ellos, sin escatimar esfuerzos, pidieron mi auxilio al pedirme limosna para su subsistencia, solo pude dar poco de lo que tenia ya que lo demas lo necesitaba para volver a mi hogar, pero con una gran sonrisa, me dieron infinitas bendiciones y continue mi camino, solo que esta vez y gracias a ellos, con un semblante diferente al que tenia antes de verlos y con el sentimiento de no haber retribuido la ayuda inconciente que me brindaron.

Con una promesa en mi corazon y con la frente firme hacia el futuro, mi camino se esclarecia regreso a casa,y mis dudas desaparecian. Mi alma habia sido encendida de nuevo con el deseo de sobrevivir, y aunque el mundo me vio llorar y sufrir, aquellos valientes me enseñaron que si ellos podian teniendo nada material....porque yo no podia?

Al final de mi viaje por la jungla de asfalto, me di cuenta de que el necesitado era yo y probablemente la mayoria de los que transitaban en la calle de los que me mostraron, sin saber, esa valiosa leccion de esperanza.

Muchas veces sin darnos cuenta, dedicamos sentimientos y pensamientos que consuelan nuestro dolor, con tan solo una palabra, un gesto o una mirada,la mejor forma de retribuir es haciendo lo mismo que hicieron por nosotros a los que lo necesitan.......con esa reflexion en mente segui mi destino atraves de la urbe...