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No desearas a tu padre Cap. 18



Los goznes rechinaron, Porfirio entró en una sala espaciosa estaba el pequeño jurado que decidiría el destino de Porfirio; en medio el que seguramente presidia aquel grupo un tipo delgado de entre 40 y 45 años, traje obscuro mirada dura, un abogado egresado de la UNAM, adjudicado al órgano correccional y que trataba (aunque no mucho ahincó) de dar espacio al ya saturado sistema penal mexicano.
--Siéntese le ordenó con una voz autoritaria e indiferente.
Porfirio obedeció dócilmente.
Flanqueaban al abogado de lado derecho dos mujeres vestidas con bléiser muy formal uno color caqui u otro café obscuro, la primera con el pelo muy corto casi a la usanza militar de entre 37 y 40 años una abogada egresada de la UAM que estaba también en aquel equipo de integración a la sociedad de reclusos de menor riesgo y la otra una mujer más joven y menos atractiva delgada y con gafas gruesa con cara de pocos amigos.
Del lado derecho un par de miembros de la sociedad civil nada de leguleyos solo testigos de descargo, muy moralistas dos hombres de más de 50 años con más canas que aventuras en su cabeza, ambos vestidos con trajes negros y con corbatas baratas del Samborns.
Porfirio los miro tímidamente no quería verse retador, se agacho después de un breve escrutinio.
¿Y bien? pregunto el principal, Héctor Aguado el abogado central del programa.
¿Por qué deberíamos recomendar tu integración a la sociedad Porfirio?
Porfirio apenas levanto la vista permaneció un poco encorvado no por inseguridad, Leonardo le había recomendado que los mirara a los ojos pero no con insistencia, y que tampoco se sentara de frente totalmente cómodo pues algunos lo tomaría como signo de desafío, mantuvo el tono de voz adecuado, lo suficientemente audible, pero sin ser demasiado agobiante para no ofender el oído de sus escuchas.

He aprendido la lección, ni la sociedad ni el mundo son culpables de mis desgracias, dios me ha regalado una segunda oportunidad, poniendo gente buena cerca de mí: un amigo en mi celda y una mujer para amar, si alguno de ustedes siente amor por alguna criatura viva del mundo sabrá lo que digo, no deseo más problemas, lo único que quiero es estar cerca de ella, dedicarme a un empleo humilde que me para comer a mi edad no ambiciono nada más que estar en paz y vivir, solo vivir…

Texto agregado el 27-12-2009, y leído por 110 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
29-12-2009 Porfirio si que aprendi de la vida ********** shosha
 
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