¡Por fin se terminó el corral! Unos días y más seria la inauguración. Los ganaderos pondrían las vaquillas para ser montadas. Los mejores vaqueros se habían inscrito y la promesa de una tarde divertida "se había instalado entre la gente. La noticia corría: que uno de los maestros También tomaría parte del festejo, pues pretendia una maestra una y lo convencieron para que ese día le brindara su participación.
La placita se fue Llenando ya eso de las cinco de la tarde, todos los lugares se habían ocupado. Los novillos grandes se los apartaron A LOS vaqueros Experimentados. El jinete que iniciaba, se quitaba el sombrero y se dirigía uno un personaje del pueblo y le dedicaba su actuación, si era Capaz de sostenerse, una persona la que le había dedicado le otorgaba un presente, ya en especie o en dinero ya. Los jinetes más tardaban en montarse en que caerse, Divirtiéndose el respetable de los porrazos que el vaquero en Cuestión se propinaba. Poco a poco Fue transcurriendo la fiesta, pero en el ánimo de todos flotaba, la Participación del mentor. Del Voceador se escuchó su nombre Y la gente aplaudió. Él, que Estaba un lado de ella, se paró, tomo su sombrero con la mano derecha se inclinó frente a ella, Musito algo que solamente ellos dos comprendieron, y se fue al cubículo. Como vimos se montó sobre el becerro, se sujeto y lo soltaron al centro del ruedo. El Becerro salió dando coces y aferrado con él su mano derecha Asida cinturón al. Los medios de comunicación Sólo una vuelta y el animal, lo despidió como quien se quita una hoja y cayó uno los pies de la dama, Ella de inmediato se levanto para auxiliarlo y una voz en el estrado gritó: ¡ya es tuya, maestro!, Ya es tuya Un aplauso y se impuso Cuando lo llevo A su lado.
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