La tarde de este joven verano
por su comienzo tan próximo
después de una copiosa lluvia
muestra al jazmín repleto de flores
con su blancura y su aroma.

Con su olor agradable y definido
en el tenue fresco de la tarde
por ser tan indeciso y tan leve
llena la vida en ese, mi jardín
y de ello me apercibo sin dificultad.

De él emana una llamarada de dulzura
que irrumpe casi con desparpajo
aportando el brillo de sus flores
mientras las rosas y las ciruelas
lucen coloradas de verguenza.

Por ese momento bello y dorado
es que conozco de la existencia
de tanta vida que late en mi jardín
a pesar que hoy no estás aquí
y te aguardo con prisa y sin pausa.