Una joven llamada Intríngulis y un joven llamado Prolegómeno se conocen muy poco y viajan a través del tiempo para coincidir esporádicamente en algún lugar donde poder hablar.
Esta conversación fue registrada el 34 de Onciembre del 8000 d. M. (Después de Mujica.)
I. -¿Por qué tenés el ego tan grande?
P. -Repartieron mal, por eso vos lo tenés más chico.
I. -Me refiero al ego de verdad, no al simbólico. Vos te creés que porque te demuestro un poco de cariño estoy enamorada de vos.
P. -Vos te crees que yo me creo que porque me demostrás un poco cariño estás enamorada de mí.
I. -Eso dije.
P. -Eso entendí.
I. -Veo que nos estamos entendiendo.
P. -Yo más bien lo siento.
I. -Yo también lo siento, es una pena.
P. -Me gustás.
I. -Vos no me gustás, pero te quiero.
P. -Yo te gusto.
I. -No. Yo te gusto, yo te quiero.
P. -Me voy a correr un poco, porque tu ego está aumentando de tamaño.
I. -¿Si te quiero y me gustás estoy enamorada de vos?
P. -Puede ser, aunque yo no te gusto.
I. -Y vos no me querés.
P. -Nunca dije eso. Pero tenés razón.
I. -¿En qué?
P. -En que tengo el ego más grande que vos.
I. -Ya te voy a alcanzar.
P. -No lo creo, igual me gustaría quererte.
I. -Y yo querría que me gustases.
P. -Ojalá se pudiera elegir de quién enamorarte y de quién no.
I. -Yo puedo.
P. -Mentira...
I. -Sí, por eso estoy enamorada de un dado y de una señora que veo todos los días en el tren, pero que no sé ni quién es.
P. -Enamorate de mí.
I.-Ya está.
P. -¿Qué?
I. -Ya estoy enamorada de vos.
P. -Quiero estar enamorado de vos.
I. -Sos cursi.
P. -Pero no me enamoro...
I. -A ver... ¿De qué o quién te querés enamorar?
P. -Ya te dije, de vos.
I. -Sos raro.
P. -Soy humano, y eso implica que soy raro.
I. -Pero ser raro no implica ser humano.
P. -E implicar implica ser humano, pero...
I. -Ser humano no im...pli, sí, ser humano implica implicar.
P. -No necesariamente.
I. -Bueno, necesariamente, necesariamente. ¿Qué de todas las cosas que hace el humano, las hace necesariamente?
P. -¿Enamorarse?
I. -Estás loco, pero ahora que lo pienso, me gustaría estar implicada a vos. Así que acariciame un párpado y vas a poder enamorarte de cualquier cosa o persona que quieras.
P. -Ahora me gustás y te quiero.
I. -¿Enamorado?
P. -Yo que sé, si fuiste vos la que me pasó el podercito.
I. -Ningún podercito, es una necesidad la que te pasé.
P. -¿Una necesidad?
I. -Claro, a partir de ahora vas a necesitar estar enamorado para estar bien.
P. -Estás un tanto loca, ¿será de amor?
I. -Seguramente, a esta altura nada me extraña.
P. -Sí, estamos como a tres mil metros sobre el nivel del mar.
I. -¡Con razón!
P. -¡Corazón!
I. -¡Riñón!
P. -El capitán planeta...
I. -¿Qué?
P. -Que tenía la misma voz y el mismo corte de pelo que Mac Gyver.
I. -Ah, eso... sí. Estoy enamorada de vos pero no me animo a besarte, ¿te animás a hacerlo mientras esté desprevenida?
P. -Dale, dale, cualquier cosa te mando un mensaje.
I. -Igual yo dejo el msn abierto por las dudas.
P. -Pero me cortaron internet.
I. -¿Por?
P. -Quería renovar un poco, un nuevo look, y me lo corté.
I. -¿Conocés el look de John Locke?
P. -¿El de las nuevas ideas, que en esta época son más viejas que las nuevas ideas?
I. -El mismo.
P. -¿No será el MIMO?
I. -No, no. No era un mimo, era él mismo.
P. -Creo que hay un malentendido.
I. -Yo creo que hay un mal atendido.
U. -Si, yo.
P. -¿Y vos quién carajo sos?
U. -U.
I. -Estoy enamorada de vos.
P. -Yo estoy enamorado de ella.
U. -Yo no sé por qué aparecí en este diálogo. Me equivoqué, perdón. Chau.
I. -¿Hola?
P. -Hola, Intri, soy yo, te llamo porque ya estoy por cortar.
I. -Dale, demás, acordate de no llamarme más tarde porque voy a estar despierta.
P. -Soy tarado, pero no me olvido de las cosas.
I. -Bueno, ahora andá a la cama que se pudre todo.
P. -¿Por qué?
I. -Porque estamos enamorados el uno del otro.
P. -¡No te entiendo! Estoy cansado de esta relación, creo que debemos darnos un tiempo.
I. -Estoy de acuerdo, pero tomémonos un tiempo mejor para tomarnos un tiempo, porque hay que darle tiempo a las cosas porque con el tiempo las cosas se demoran.
P. -Claro, te aprovechás de que mí porque se me rompió el reloj y ahora sólo te puedo dar la hora en segundos.
I. -¿Qué hora es?
P. -Son... las... 57698 am
I. -Ammmmmmm, cualquiera.
P. -No te burles, le voy a contar a mamá.
I. -Vos empezaste.
U. -Pórtense bien, se los digo por su bien.
P. -Volvió U.
I. -Pero acá no se puede doblar en U.
P. -Que me importa, igual yo estoy volando. (Besa a Intríngulis desprevenidamente.)
I. -¡Me besaste!
P. -¿Te gusto?
I. -Estuvo bueno.
P. -Te pregunté si te GUSTO, no si te gustÓÓÓÓ.
I. -Obvio que me gustas, estoy enamorada de vos.
P. -Eso no tiene nada que ver.
I. -No tiene nada que ver porque no tiene ojos, pero si tuviera...
P. -Pero no. Al final tengo razón. Y al principio también.
I. -Vos sos un caso perdido.
P. -Vos sos un saco perdido.
I. -¿Por qué mejor no vamos a la cama?
P. -Es que esta cama es cómoda.
I. -Me gusta más aquella.
P. -Pero aquella cama que estás señalando es ésta.
I. -¿Por eso, si es la misma, por qué no querés ir?
P. -Porque no puedo irme para acá.
I. -Pero podés venir para allá.
P. -Bueno, está bien. ¡Venimos!
I. -¡Vení Mos!
P. -¿Quién es Mos?
I. -Mi dado.
P. -Me voy a enamorar de él y hacemos un triángulo amoroso.
I. -Sumemos a la vieja, y hacemos un Cuadrado Omar Oso.
P. -Nunca había escuchado de ese tipo de cuadrados.
I. -No te preocupes, a casi todo el mundo le pasa. Hay que tener los oídos bien limpios, y recién ahí vas a poder oír hablar de estos grupos.
P. -Te quiero regalar esto.
I. -Por favor, no creo que sea merecedora de semejante regalo.
P. -¡Si no tengo nada! ¡Sabés bien que todo esto son una cantidad de palabras pero, que ni vos ni yo tenemos ojos y que yo por más cosas que diga no te estoy mostrando nada!
I. -¡Basta! ¿Hasta cuando voy a seguir soportando que me trates como si estuvieras enamorado de mí?
P. -Hasta que la muerte nos separe.
I. -Estás en pedo. Vos y yo somos inmortales, pelotudo.
P. -Pelotudo, las pelotas.
I. -Boludo, las bolas, idiota las idiotas, y tarado, las taradas. ¿Que te creés que no te conozco?
P. -No, no me conocés, no podes decirme esas cosas.
I. -Esas cosas, esas cosas, esas cosas, esas cosas, esas cosas, esas cosas, esas cosas, esas cosas.
P. -Estúpida. Te odio.
I. -Yo también te odio. Y te gusto.
P. -¿Cómo sabés?
I. -Por la forma en que decís 'te odio'.
P. -Te odio.
I. -Eso mismo.
P. -¿No será mimo?
I. -Eso mimo, quise decir. Me hacés repetir las cosas, tengo un dejà vú.
P. -¿Ah, mirá, que edad tiene?
I. -Cómo unos 982 segundos.
P. -Que viejo, debe estar hecho pedazo.
I. -Como un rompecabezas para ser exactos.
P. -Como un rompe cocos para ser inexactos.
I. -Como te gusta la exactitud a vos.
P. -Ah, por que a vos... seguro que no te gusta.
I. -Bueno, un poco, yo que sé, ahí, pero ni en pedo, nunca me daría bola.
P. -¿Qué sabés?
I. -Y bueno, no sé si tenés tiempo, pero la verdad es que es muy poco lo que sé, pero ese muy poco me llevaría toda una vida explicártelo.
P. -Sos tan complicada.
I. -¿Yo? ¿Por?
P. -Por tres, divido diez, mas cinco.
I. -Ahora soy perfectamente matemática.
P. -Y estúpidamente humana.
I. -Humanamente estúpida dirás.
P. -¿Diré? ¿Cuándo osaré decir semejante epíteto?
I. -Andá a cagar.
P. -Ay, me conocés tanto, justo me vinieron ganas.
I. -Bueno, yo te dejo porque me tengo que venir.
P. -Dale, dale, yo voy al baño de mientras.
I. -Nos vemos.
P. -Te amo.
I. -Omahet.
P. -¿Y eso?
I. -Os-ey.
P. -No te entiendo.
I. -Od-neit neeton.
P. -Chau.
I. -Uach.
P. -I.
I. -P.
U. -Hace una hora que estoy parado acá la puta madre que los parió, me llamaron sólo para decir unas pelotudeces y ahora estoy puteándo a las paredes, se fueron todos, la concha de la madre! además digo "a las paredes" por decir, porque en realidad no hay nada, ¡¿entedés?! Ay, a quién le estoy hablando? me estoy volviendo loco, no! mis piernas ya se volvieron locas, cuando llegue al torso, y luego a la cabeza voy a estar completamente loooooocNO!¡¡¡??=0wdvkhefvhkñw2dvlldvl2efbghnteamoh
Agustín Urrutia.- |