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Cuento de Navidad: El anciano y sus frutos del destino.

Cuenta la historia que hace algún tiempo vivía un ermitaño ya anciano en una gran finca que se encontraba situada en un enclave muy particular.
Cada uno de los extremos que cercaban ésta lindaban con el comienzo de un camino.
Cada uno de esos caminos era un misterio, pues todo aquél que los recorrió jamás llegó a ningún destino.
Un día una chica y tres muchachos se atrevieron a adentrarse en uno de esos caminos para llegar a la citada finca y así tratar de conseguir el destino con el que cada uno de los mismos había soñado en algún momento de su vida.
Cuando llegaron al lugar, vieron al anciano sentado muy cerca de la entrada.
Uno de los muchachos llamó en un saludo a éste: "hola, venimos a probar suerte. ¿Le importa si pasamos a su finca?".
El anciano se les quedó mirando, se puso de pie y al mismo tiempo que les abría la puerta les comentó:
"Pasad y ser bien recibidos amigos, ¿ en verdad quereis probar mis frutos del destino ?".
Los cuatro asintieron con la cabeza mientras íban pasando de uno en uno.
Una vez en ésta comenzaron a observar los frutos de diversos colores que los árboles ofrecían.
El anciano les dijo: "Mirad bien los frutos, escoged el que creeis que os puede conducir a vuestro futuro, comedlo por completo y después comenzad a andar por uno de los cuatro caminos. Si el fruto que habeís seleccionado es el indicado en verdad, vuestro destino se verá cumplido. Veámos pues que fruto elegís cada uno de vosotros para llegar a tal fin".
La chica miró los frutos de color rojo. Eran tan excitantes, tan llamativos, que alzó un poco sus brazos y arrancó uno de éstos.
El anciano mirándola, la preguntó: "Dime hija mia, ¿ cuál es el destino de tus sueños ?".
La muchacha respondió: "Ser estrella, brillar con luz propia, aparecer en todos los medios de comunicación, ser famosa".
El anciano asintió con la cabeza y comentó: "Bien, has elegido un fruto sensual y muy llamativo. Podría ser el fruto que te dé el citado destino al que has hecho alusión. Cómetelo todo y después inicia tu paseo por el camino que más te guste, de esa manera sabrás si has acertado ó no en tu elección".
La muchacha comenzó a degustar el fruto, y tan bueno estaba, que no tardó mucho en acabarlo por completo.
Entónces, abriendo la puerta que cerraba la finca, eligió el camino de la derecha y comenzó a perderse poco a poco por el mismo.
Uno de los muchachos preguntó: "¿ Cómo sabremos si su elección fué la correcta ?".
El anciano mirándole fijamente a los ojos, contestó: "Esta noche mira hacía el cielo, allí verás a tu amiga brillar, quiso ser una estrella y lo será, saldrá en todos los medios de comunicación porque será la estrella más luminosa y además la más famosa de todas ellas, hará algo que ninguna estrella hizo antes, indicará un lugar en la tierra que será el enclave de un nacimiento muy particular".
Los tres muchachos se miraron entre sí.
No alcanzaban a comprender lo que áquel anciano quería darles a entender.
"Bien, ¿ quién será el siguiente en elegir un fruto del destino ?", preguntó con resolución a los tres muchachos, que todavía daban vueltas en sus cabecillas a lo que el anciano dijera instantes antes sobre su amiga.
El primero de ellos que tenía la tez más oscura que los otros dos, recogió un fruto de color verde entre sus manos, empezó a comerlo hasta que llegó al final del mismo. Entónces el anciano le preguntó:
" ¿ Y tú, que destino has elegido ?, a ver cuéntanos".
El muchacho un poco asustado recordando lo que contó el anciano sobre su amiga, respondió: "Yo quisiera ser mago, aprender cosas del universo, entender las estrellas y los planetas ...".
El anciano le dijo: "Has elegido el color de la esperanza, el color de la luz, inicia ahora tu andar por el camino que más te guste y llegarás a tu destino con seguridad".
El muchacho escogió el camino que daba al norte y comenzando a andar se empezó a perder por el mismo.
Uno de los chicos preguntó con curiosidad: "¿ Qué pasará con él, volveremos a verle alguna otra vez ?".
El anciano sonriendo le respondió: "Sí, volvereis a verle dentro de algún tiempo, cuando vuestra amiga se ilumine al máximo y marque el lugar que ántes os comenté".
Entónces más decididos los dos muchachos que quedaban escogieron sus frutos.
Uno de éstos tenía un color amarillo y el otro un color púrpura.
Comenzaron a comer ambos sus frutos seleccionados hasta llegar al final de los mismos.
Cuando acabaron, el anciano les hizo la pregunta correspondiente.
"Verá, Yo quiero ser como mi amigo que ya se fué, mago y astrólogo", respondió uno de ellos.
El otro no sabía muy bien lo que quería ser en verdad, su rostro reflejaba humildad ante lo que su destino pudiera tener trazado para él.
El anciano indicó a quién le respondió el primero que iniciara su paseo por el camino de su elección.
Y así hizo, escogió el camino que daba al oeste perdiéndose poco a poco por el mismo.
Después comentó al muchacho que quedaba aún en su finca: "Tu elegiste el color púrpura, el color de los viajes y del alma en sí. Serás grande entre los grandes, porque tu humildad hará bien entre áquellos que te rodeen. Serás un rey y al mismo tiempo compartirás con tus amigos la magia y la astronomía. Ve ahora pues, por el camino del sur".
Y así hizo el muchacho, tomó el camino que se dirigía hacía el sur hasta perderse de vista por el mismo.
El anciano entónces, escogió un fruto de color blanco, un fruto que ninguno de los muchachos había ni siquiera mirado.
Después de comérselo, hizo desaparecer los árboles y sus frutos.
Tomó una larga vara y se echó una bolsa sobre sus hombros.
Miró por última vez sus propiedades y se adentró por el único camino que quedaba por recorrer, el camino del cielo. Subiendo por el mismo, vió a los muchachos encontrándose con tierras lejanas, con sus destinos correspondientes y saludó a la estrella que íba poco a poco creciendo hasta el día indicado para hacer su gala y brillar primero ante sus tres amigos y después ante toda la humanidad.

Basado en una ídea original sobre la Navidad y los tres reyes magos de Oriente.

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2009. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.

Texto agregado el 24-12-2009, y leído por 178 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
25-12-2009 AL PRINCIPIO CREÍ QUE SE TRATABA DE UNA FÁBULA CODERNA POR EL DESEO QUE EXPRESÓ LA CHICA, DESPUÉS CON EL SEGUNDO MUCHACHO RECONOCÍ DE INMEDIATO AL REY MAGO BALTAZAR.MUY HERMOSO Y AMENO TU RELATO Y GRACIAS SOBRE TODO POR DARTE EL TRABAJO DE ADAPTARLO A NUESTROS TIEMPOS. UNA ESTRELLA NAVIDEÑA PARA TÍ Y MUCHAS FELICIDADES. pantera1
24-12-2009 Está bien la idea, pero no termino de pillar del todo la estructura. egon
24-12-2009 Un hermoso cuento. fulana
 
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