Hay hombres que aman a su mujer y otros que la toleran de bastante buen talante, yo por ejemplo estoy bastante enamorado de mi mujer, la verdad nosé por qué: está gordis, detesta cocinar y a veces olvida pintarse el cabello como es debido, en ocasiones me reta y se enoja, algunas veces parece mi mamá y otras mi hija pequeña, no sé por qué amo a esta mujer la verdad.
Ahora que hago el recuento de los daños es bien gorda la lista de daños del tiempo. El daño mayor es que no he dejado de amarla a pesar de mí, me encanta verla dormida a mi lado, su presencia, su verbo loco, inocente, sus ganas de conquistar el mundo desde su butaca o desde donde se encuentre, alcanza sus estados zen cada cierto tiempo y me he visto caminando cerca de ella buscando algún duende de la felicidad o un ekeko plantado de paradigmas. Mi mujer, me gusta mi mujer . Me ha hecho fuerte, la he hecho fuerte, ojalá no se termine este amor, ni siquiera con tu presencia tentadora, tú que andas dulce y feliz por la vida, como un pájaro cantante buscando quien te ame como yo la amo a ella. ¿Cómo me conquistó dices tu?, la verdad no tengo idea, es el corazón, es una vitamina, es su olor, la luz que la iluminaba la primera vez que la ví, su locura intermitente, su apacible cariño, su paz, creo que eran sus ganas de no sé qué, tal vez de todo menos de mí. Mi mujer es mi regalo, sobretodo esa cosa loca de decirle “mi”, como si fuera de verdad mía o yo de ella . ¡Qué afortunada! ¿Dices tu? . Afortunados ambos creo yo, no es fácil, yo sé, encontrar quien confiese que aún a través del tiempo se muere por una gordita loca. ¡Qué bueno! dices y pones esa cara de pena. ¡No pequeña!, no tengas pena, sé feliz por mi, sé feliz por ella, sé feliz por ti. Sí, por tí y tus niños de Ruanda, por ti y por los sermones de la iglesia. Me muero de hambre. ¿Me acompañas a comer?, ¡ya! pajarita, comamos algo, no con esa cara de pena, comamos algo como si la última cena existiera, para disfrutar más, pero no pongas esa cara. Piensa que por lo menos sabes que el “te amo” es real, es sincero, existe, que no cambia con el tiempo, se hace lo que se hace, vamos ¿ok?. “Entonces voy, si total es la última cena”, dices, bueno, vale, gracias, ¿Qué hemos de pedir?: pidamos chuletas trepanadas con coliflor tucán de esas que te llenan, te llenan, te inflan y te inflan y te hace sentir un globo terráqueo, son tan ricas ¿no crees?, vamos que hay un día en la vida para ser feliz y ese día es hoy, eso dice mi madre, increible como a uno le marcan esas palabras de mamá , aún creo que las mariquitas voladoras desde una mano deseada pueden cumplir un sueño deseado, en fin, santas madres, las hacen, te deshacen, te forman, te deforman y mira lo que queda, quedo yo : Un gordinflón
.Bueno, supongo que este es el final de nuestra aventura, no es que no haya amor, hay otra cosa, tengo encogido el amor para otras pasiones, vamos, come y no pongas esa cara asustadiza, no pases del “te necesito” al “sufro de amor”, el amor es así se da o no se da, existe o no existe.
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