Natalia quedó perpleja, pensó que estaba equivocada, pero ese era el número de la casa que el detective privado le había dado: Calle Las Mercedes #14, apto. 03, Zona Colonial. Aún no podía creerlo; los veía abrazados allá arriba, en el balcón del tercer nivel. Si, era Juan, el mismo a quien hacía más de cinco años se le había entregado sin firmar ningún documento. Desde esa noche en el motel se quedó sin nada, se lo dio todo al hombre de su vida. Ya no se sentía dueña ni siquiera de ella misma, todo era de él.
Sus temores comenzaron cuando él empezó a espaciar sus encuentros justo después del tercer aborto. Nunca le llevó la contraria, solo le dijo que si quedaba embarazada de nuevo quería tenerlo, al igual que lo hacían otras mujeres menos afortunadas que ella. Desde entonces notó como él se fue alejando; ni siquiera le importaron las cosquillas pos menstrual que no la dejaban conciliar el sueño. Estaba siempre tan distraído de ella.
Desde que se le metió en la cabeza la idea de que él tenía otra, también se le fueron metiendo unos celos enfermizos que no la dejaban vivir tranquila. Contrató a un detective privado que desde dos semanas atrás la mantenía al tanto de los movimientos de Juan, y cuyas investigaciones fueron la causa que la llevaron a aquel lugar.
Esa tarde no se pudo contener. Desde que vio aquella escena tomó el volante de su vehiculo y emprendió una alocada carrera que terminaría llevándola a la Avenida España.
El acondicionador estaba dañado. El calor era sofocante. Los cristales abajo permitían que el viento golpeara sin piedad su rostro lagrimoso. La radio dejó escuchar el boletín informativo de las noticias “un sismo de 7.5 en la escala de Richter con epicentro a 20 kilómetros del municipio de Yamasá acaba de ocurrir provocando daños severos. El sismo también se sintió fuertemente en la ciudad de Santo Domingo”.No prestó mucha atención.
Se sentó en un banco de cemento de aquel malecón, próximo a uno de los lugares de expendio. La radio volvió con las últimas noticias. “el sismo ocurrido esta tarde ha cobrado dos victimas, al desprenderse el balcón de una vivienda, ubicada en la calle Las Mercedes #14, apto. 03, de la zona Colonial de la ciudad de Santo Domingo; se trata de Juan Ovidio Cortejal Placeres y su madre, Juana Placeres de Cortejal, esta última residente en la Ciudad de Nueva York. Mantenga la sinfonía”.
FIN
© Pablo Martínez (dominicano)
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