El primer dia que le vi, note algo disimil en ella, un hermoso brillo en sus ojos tristes, una mirada fiel. Al poco tiempo nos hicimos amigos, esa amistad a mi no me daba para mas. Pero en cambio, ella sentia algo mas que amistad hacia mi. Un dia frio de otoño, aquellos de antaño, me cito bajo un viejo arbol. Yo acudi puntual al encuentro, ella habia llegado con bastante antelacion, estaba alli recostada con un bello vestido verde, y unos lindos zapatos de charol negro(Debido a los 14 años de edad con los que ella contaba, esos zapatos no le quedaban muy bien, pero ella se sentia bien). Me pidio que me sentara, y me hizo una extraña proposicion, a la que yo conteste con un suave y ligero no. Se enfurecio, se entristecio, su vestido verde se transformo en gris, y el charol no volvio a brillar, trate de seguirla, de explicarle, pero corrio.
Tenia que explicarle que yo, con mis 22 años no podia estar a su lado ¿Como nos veria la sociedad?¿Que acaso eso no seria delito?Pero ella jamas me escucho
No volvi a verla en mucho tiempo. Su casa quedaba en camino hacia mi escuela, pasaba junto a su ventena a diario.
¡Me harte de no verla! Un dia, sin pensar, me encamine hacia su casa,salte la valla de su jardin, me dirigi a la ventana que tanto me fatigaba. Una vecina me observo, hice como que arreglaba las flores, prosiguio su paso. Para mi grata suerte su ventana estaba abierta. Incruste una pequeña madera en el marco, hui de la escena.
Al osurecer me dirigi de nuevo a su morada,abri la puerta del patio, la ventana ya se encontraba cerrada. Debido a la diminuta madera pude abrir la ventana sin dificultad alguna, lo hice muy sigilosamente. Estaba sentada en el centro de su habitacion, leyendo, le encantaba leer. Se levanto, camino hacia su ropero, saco ropa y una crema, se desnudo. Se comenzo a untar la crema de una manera muy sensual, me excito demaciado, a tal grado que tuve que entrar.
Usurpe su tranquilidad, se cubrio desesperadamente, por lo que yo me emocione mas.
Me acerque torpemente, la tome con mis manos, la acoste en su cama con delicadas sabanas de seda, me subi sobre ella. Tome sus dos brazos con una de mis manos, grito, y con mi otra mano tape su boca. Pateo mis genitales, por lo que cai al suelo, trato de huir, jale su pierna hacia mi, la arrastre por toda la alfombra azul. La toque con unas ancias increibles, inhumanas: deslice mis dedos sobre toda su piel. Estaba tan asustada que hecho a llorar. Le arrebate la inoscencia, estaba tan fatigada, estaba deshecha por tanto forcejear, pero aun le quedaba fuerza, tan solo para un gemido: un grito; un grito tan horrible que algo corrio por mi sangre, tome su suave y delicado cuello entre mis palmas; hice presion, demaciada presion que tenia que jadear por alguna respiracion. Finalmente me converti en un enorme monstruo, un monstruo realizado por la vergûenza y la desdicha. Finalmente: apague el brillo de eso ojos tristes en una mirada fiel
Cambie su bella amistad, por traicionar su virginidad, y ahora lo unico que me queda es el maldito frio metal de las esposas.....
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