*Se recomienda ser leído despacio, respirando después de cada coma o punto. Así se detectará una leve rima, sutil pero muy sentida.
Cagarse en alguien es poco. En realidad, es nada. Una bofetada por mejilla es lo que siento. Tengo marcas en la cara y el asco las representa como flores. Fui a regalarle un nuevo sol a la luna y ésta me escupió sus cráteres. Soy un esputo de lava helada. No puedo ser un estorbo, no quiero, pero, ¿al no serlo me tengo que convertir automáticamente en tu brazo útil? Pues no. Me acecha el egoísmo pero, como siempre, no me sonríe. Sería tan sencillo acabar con todo esto. Tan fácil como apagar una vela de un soplido. Esta vez sí, de uno, no de dos. Pero no. Estoy debajo de ella. Es imposible apagarla. Esperaré a que se consuma sola, durante años, o meses, u horas, y mientras lo hace, la cera caerá en mis ojos que ya no sabrán llorar. ¿Me conviene? No sé. Cuando hay más motivos para levantarse, el dolor me desmaya. No puedo hacerlo inesperadamente. La cera empinada ardería por completo automáticamente. Mi deseo más leve es abandonarla. El suicidio, jamás lo desearé.
*Javier Santalices* |