Los cuervos alados de dudas
Se van a lo lejos
Veo el cielo rojo como viejos atardeceres
Mis manos se extienden al cielo
Anhelos surgen de mi alma
Grito en silencio al cielo, al mar, a la vida…
Y escucho el silencio de todos los dioses,
Sus brillos apuntando a mis ojos
Abriendo mi ser de tanta energía
Sabiendo lo pequeño que soy
Polvo entre polvo
Anhelando la fuente que calma la sed mas interna
Sueño de niño, de hombre, de anciano…
Que todo termine como todo empezó
En llantos y alegría
En cuentos y anhelos
Como este instante
En que el día sonríe
Cuando la voz de los dioses
Escribieron piedad en cada pedazo de mi ser…
Luego,
Abrí las puertas de mi savia
Y
Empecé a sangrar…