Siento como si mi cuerpo se despedazara por dentro. Siento como si todo lo que construí se desmoronara a los pies de las que fui. Siento como si mis ojos me vieran por dentro, alejarme cada vez mas de mis otros ojos, y mis otros ojos, y mis manos soltando mis otras manos, mis pies corriendo lo más lejos posible de mis otros pies, y mis labios, y mi piel, y mi cuerpo; se despedaza, los cimientos más duros; se quiebran, los esfuerzos mas contrahechos de repente ya no valen nada. El largo camino que recorrí termino siendo un callejón sin salida, y rompí cada hueso sano intentando salir. Otra vez la urgencia, otra vez la inercia, la sensación del peso de aquello que nunca deje de vivir. Porque en mis ojos y en los otros, y en los otros, porque en mis huesos nunca dejo de vibrar la inquietud de que en mis ojos no habría mas, ni los otros, ni los demás. Lo que nunca dejo de existir, lo que siempre fue y siempre será, esa constante transición de mal en peor; que como martillo y estaca de plata apuñala el corazón y mata continuamente la esperanza de sobrevivir. |