¿Te dije alguna vez
lo nervioso que me pone tu mirada?
¿Mencioné que tus piernas
ya son parte del inventario
de mi sonrisa culpógena por las mañanas
y que en mis noches
el cielo es el espejo de tu cama?
¿Fingí alguna vez
indiferencia y orgullo inusitado
cuando sencillamente
mi único anhelo eran tus labios?
¿Tuvo alguna vez mi voz
encumbrada entre los acordes del café
otro destino
que no fuera tu sonrisa
tu inocencia, tu alegría,
tu?
¿Expliqué con detalle
la maravillosa simpleza
de tu caminar y
la gracia de la prisa
que aquella vez llevabas?
¿Te dije alguna vez
que temo tanto olvidar
estas preguntas?
¿Te dije alguna vez
que temo tanto la respuesta de un jamás
como la de un siempre,
y que sólo me conformo
con tu cada vez más necesaria
presencia?
Texto agregado el 16-06-2004, y leído por 253
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
12-07-2004
es un buen relato...me gusto mucho. besitos LORENAP
sulen ser miles de preguntas las que se enpujan en el pecho, frente a "esa" persona... (sulen no ser lanzadas) Nocturna
17-06-2004
Qué joya, Vicente... me la voy a saborear de tanto en tanto...todas esas preguntas y ese miedo a perderlas y a un jamás y a un siempre... maravilloso,gracias anapolar
17-06-2004
Me alegro de volver a leerte poeta, y también me conformo con tu escasa presencia en la página. Gracias, por esta ternura poética. Besos maravillas