EL MIEDO
Una presión en el pecho, manos temblando, vellos parados o simplemente un sentimiento de vacío, carencia o de desesperación.
Cualquiera que sea su significado el miedo es un sentimiento que ronda, su origen es de diversas causas, no tiene discriminación y, su cura y su vacuna no están realmente planteadas
Será el miedo una reacción química o fisiológica?, o ¿será un estado que ejerce presión en el alma?. Lo cierto es que dicho es que ese sentimiento puede ser leve o fuerte, rápido o lento, como puede ayudar puede destrozar.
Se puede encontrar una galería de miedos, pues hay para todos los gustos. Su elección depende de las características del individuo que lo adquiera y su duración depende de lo fuerte que sea la conexión con aquel sentimiento. Pero es de anotar que aquella lección es realizada por el subconsciente y por ello es implícita ante los ojos del que los está viviendo. Prueba de ello son las múltiples combinaciones de verbos y pronombres que se pueden hacer al describir, clasificar o denominar a nuestros miedos. Como ejemplos, miedo a lo que me hagan, a lo que me harán, a lo que mi hicieron o a lo que me podrían hacer. Sin embargo objetos, situaciones o personajes, imaginarios o reales, también pueden ser protagonistas de lo que sentimos. Y, estos en su mayoría están planteado a situaciones vividas o que personas cercanas vivieron.
Es entonces cuando la pregunta “¿qué es el miedo?”, se hace innecesaria y da paso a una más importante y útil, “¿es el miedo un sentimiento fundamental? ”. La respuesta podría ser si y no al tiempo. Sirve, pero como todo, en exceso es dañino.
Por último y dándole una respuesta a la pregunta anterior, el miedo es un sentimiento de doble filo. Como puede que te ayude, puede que te perjudique al hacerte entrar al inmenso mundo de las frustraciones, de lo errores y de los cobardes que dejaron que el susodicho sentimiento raptara su cordura, su añoranza, su sabiduría y, en el peor caso, su vida.
|