El sol se acerca prepotente
al perfecto meridiano
donde mueren los días

abro y cierro los ojos
pestañeo y miro sorprendido
la alquimia en tus pupilas

el color, los reflejos,
las luces encendidas de la calle,
se reiteran allí

se encierran en tus párpados
y destellan como un pequeño
universo

mientras

caminamos en silencio
por un tonto boulevard
que nunca termina

te miro extrañado

quiero verte desnuda
y acariciar el lugar en el
que tu cintura deja de serlo

esa encrucijada
de perpendicular belleza

y ahora ya lo sé

no he visto nunca,
paralelas tan hermosas como
tus piernas.