El ventilador hace girar al techo como un sol inquieto de luz artificial la pared blanca no sangra pues no hay virgen ni dios ni consuelos en ella solo pintura ladrillos y una ventana que da al gentío de la calle ese olio grisacio de repetidas baldosas y coches que no paran ni preguntan solo se estremecen sobre sí mismos en capuchón metalico celosos de la piel
Texto agregado el 21-12-2009, y leído por 158 visitantes. (1 voto)