Resulta ser que cierto día un joven príncipe estaba viajando por lejanas tierras, y pasó cerca de la torre de un castillo, en la ventana vio a la mujer mas hermosa que jamas había visto, tal fue la impresión que esta chica causó en el, que quedó enamorado de una vez, así que se decidió a conquistarla.
Con tal objetivo en mente se marchó a escribirle poemas, al cabo de unos días regreso y comenzó a declamarle su amor por medio de las poesías que había escrito, pero la hermosa mujer solo lo miraba desde su ventana, triste se marchó el príncipe, pero como estaba decidido a enamorarla, se fue a escribirle canciones.
A los pocos días regresó con las canciones que le había escrito, y las contó con tal pasión que las doncellas del castillo lloraban, pero la princesa, la princesa solo lo miraba, esto los desconsoló, como es posible que no me de ni una señal, no diga ni una palabra, nada? -se decía el príncipe- pero el no se iba a dar por vencido, así que decidió a hacer algo mas radical e hizo instalar una carpa cerca de la ventana de la princesa, esto para poder cantarle y declamarle poemas todo el tiempo.
Pasaron los meses y la princesa nada que cedía y el príncipe insistía e insistía, ya cercana la fecha del aniversario de haber pasado por primera vez por allí, el príncipe enfermó gravemente, paso meses convaleciendo y pensado en su amor no correspondido.
Finalmente, no se sabe si de mengua o por la enfermedad en si, el príncipe murió, murió solo y triste por no haber podido conquistar el amor de su vida, y lo hizo sin saber que su amada princesa era sordomuda. |