Para ustedes, otro de mis incomprensibles y estúpidos desvaríos, con un único valor personal. No creo que a nadie le interese lo que pasa por mi cabeza en momentos... Pero por algo lo publico en esta página, ¿No? Siempre está ese deseo secreto de ser reconocido... ¿Así sea de esta forma?

Dejo entonces este "Escrito" a su disposición (A las 2 o máximo 3 personas que lean esto) para que lo lean y si quieren opinen, califiquen, critiquen, juzguen o simplemente no hagan nada.





La costura del cimarrón dormido en la estepa boscosa de podredumbres ensortijadas y plurales de cohesión anductina y solemne. Se domina a la ardilla en el preciso instante en que la lleva me lleva por el camino de la subconsciencia progresiva y un poco ralentizada de sombrías notitas temporales y un zumbido insistente de voces de bichos fantasmagóricos pero ligeros sonidos de la hora adecuada y educada por una pequeña partícula de misterios compuestos de material retorcido y sereno. Eso que pulula en la calle se llama insolencia, incapacidad y estupidez, no es posible, digo, ¡No lo es! Es ciertamente un desacierto enorme y máximo no poder resistir un momento de escritura frenética y galopante que no para ante el sonido de la cuerda de acero creyendo que la inspiración viene del movimiento extremo de una levadura consciente de que suena una sirena absorta y rapaz que consume los espacios adquiridos por el silencio para poder suplir su leve, triste, temprana y corrediza forma de subyacer bajo el imperio secular y segundar de un intento cobrizo y enfermizo de hacer el pequeño ejercicio para probar su viabilidad y conmoción interna de surcos destapados y colapsantes de enormes proporciones; proporciones que a su vez son el reflejo de lo que son: unos intrusos en una sociedad que los condena y acepta. Y la rutina llega a su fin, y la noticia comienza a decaer cuando nadie posee el saber el después, después de lo que antes será puesto que es y no es y ¿Es?