Te tenés que ir,
pensás,
aunque quedarte
quizás podrías,
pero irte decidís,
mientras tiempo
aún te resta.
Un prescindido
has de ser,
y un prescindible
ya eras,
te prescinden los patanes
a sueldo del dictador,
te borran del mapa entero
los esbirros del sistema,
la sartén y el mango tienen,
y sin mayor vacilación,
decidieron,
simplemente porque pueden,
ya decidieron que vos
y otros tantos como vos,
no sólo ya no son nadie
y ni siquiera son nada.
Pensás en las dos opciones,
y ambas de ellas te aterran,
por una te decidís,
te vas con rabia
y con miedo,
te vas para no volver,
contra el alma y corazón,
te vas cerca
o te vas lejos,
mas tu alma sigue allá,
te borran de los padrones,
la burrocracia es así,
te borran de las planillas,
pero aún vos sos de allá,
y al igual que tus abuelos,
día tras día extrañás,
las rostros y las personas,
calles y plazas de allá,
imágenes entrañables,
el rostro de mi ciudad.
Eytán Lasca-Szalit © diciembre de 2009
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