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Inicio / Cuenteros Locales / yuukoichihara / \"Las espinas de la rosa-La trampa, las elecciones sin participantes y las rosas robadas-.\" Capitulo 2

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“Las espinas de la rosa”
-La trampa, las elecciones sin participantes y las rosas robadas-
II

-Después de que terminamos ambas de emocionarnos, nos metimos a duchar; mientras Lei lo hacia, un sentimiento me invadió, me sentía bien después de que tenia la rosa entre mis manos, era lo que me importaba. Al ingresar en el baño estaba tarareando una canción que se me había pegado gracias a Ivonne. Termine de asearme y de vestirme, me alise el cabello con ayuda de Lei y de nuevo como todos los días de la semana que paso, necesite ayuda para elaborar el condenado nudo de la corbata, además de que Lei me ayudo a colocarme mi listón rojo y yo el de ella. Del cajón donde estaba ese listón distintivo, a su lado se encontraba la primera rosa que Mónica me había entregado, la m ir eco nostalgia mientras extraía el lazo del interior del cajón de mis escritorio.
Ya apuradas, bajamos encontrándonos a Vanesa en las escaleras, las tres nos dirigimos a la cafetería y en el camino nos encontramos a Jimena y a Dafne llegamos a la cafetería donde ya nos esperaban en una mesa Ivonne y Alejandra que habían llegado temprano ese lunes y se habían paso directo a la cafetería.
Cuando ingresamos antes de que tomáramos asiento, mire en todo el espacio, no había presencia de Mónica y mucho menos de Brenda, era algo que me empezaba a inquietarme ya que todas las veces ellas estaban para cuando Lei y yo llegábamos a la cafetería.
Así que seguí normal pero de un humor muy bueno, tanto que la s preguntas del porque estas muy risueña no se hicieron esperar.
-Estas hoy muy…….encantadora, la verdad no encuentro otra palabra, no creo que lo que quería expresar es que te encuentras muy soñadora para ser lunes.- dijo Ivonne.
-Si, la verdad es muy extraño, aun viniendo de ti Nat.-continuo Alejandra.
-Cosas que pasan-fue mi respuesta ya que no quería decir nada que pusiera de manifiesto que algo en verdad había pasado, aunque al terminar de decirlo tanto Jimena y Dafne y por consiguiente Lei y Vanesa se me quedaron viendo extrañadas-además que es lo que pudo haber pasado en tan solo 48 horas, ¿no lo creen?.
-Si, si tienes razón aunque………es muy sospechosos y no me detendré hasta averiguar lo que paso. Dijo Ivonne con ese aspecto detectivesco que a veces se le asomaba cuando se empeñaba en algo.
Deje que pensara lo que quisiera mientras me adelantaba a entregar mi bandeja de comida para después tomar mi maletín y decir con una sonrisa:
-Bien, me voy, así que las veo en el salón.
Y adelantándome, dejándolas en la mesa, sentadas y atónitas por mi forma de actuar salí de la cafetería y emprendí camino hacia mi edificio. Sabía que tal vez el que no haya visto a Mónica en el desayuno no era un factor determinante para decir que me iba a costar verla, ya que en esos momentos creí que si ella me había llevado la rosa en la mañana la vería en la tarde a la hora de la comida. Era extraño que quisiera verla después de que la semana pasada la había estado evitando pero repentinamente me surgió el dese de platicar con ella.
Así llegue hasta la entrada principal del edificio y camine por los peldaños hasta el ultimo piso donde la clase de algebra comenzaría en pocos minutos. Por el corredor había algunas alumnas quede los otros grupos que me saludaron, les salude y camine hacia mi salón donde al llegar y entrar por el umbral, salió tanto Franchesca y Patricia, la chica que también estaba con nosotras en el dormitorio pero que usaba una de las habitaciones del primer piso.
Al verme Franchesca suspiro y diciéndome:
-¡Que bueno que llegas, Nat! la verdad ya íbamos Patricia y yo a buscarte a la cafetería.
-Mmmmm, ¿paso algo?, ¿Por qué estas tan embelesada?-pregunte al no saber de lo que estaba tratándome de decir Franchesca- ¿es algo grave?
-No, la verdad no lo creo-dijo patricia-tal vez si dejas de estar parada aquí y entras lo veras.
Y haciéndose a un lado me dejaron pasar por la puerta. A simple vista no se veía nada nuevo, pero al acercar mi mirada hacia mi asiento sobre el pupitre, un sobre blanco con una rosa blanca. Me sonroje cuando los clamores de las otras compañeras empezaron a sonar al momento que entre; yo me quede ahí absorta, hasta que Franchesca me dio una palmada en la espalda y me dijo:
-¡Venga, Natalia!, abre la carta, te estuvimos esperando para que la abrieras, queremos saber quien te la envió.
Yo miraba la carta y la rosa blanca mientras rodeaba las otras de las bancas, seguida por el murmullo de las chicas que podía entender que decían, “De seguro es de la señorita Mónica”, o “Es alguien de tercer grado”. No hice caso a estos susurros de las otras alumnas y me concentre en esa carta que tenia a mi frente cuando deje mi maletín en el costado de mi pupitre. Era algo raro, las chicas del salón se agruparon a mí alrededor, solo para ver el remitente de la carta que pude notar no estaba escrito en el sobre ya que lo tome y lo mire.
Afortunadamente para mi causa, Lei e Ivonne llegaron y ahuyentaron en gran parte a las chicas que se juntaban como abejas en el panal, mirándome extrañadas y al ver el sobre y la rosa ambas me cuestionaron acerca de el.
-No se, la verdad cuando yo llegue estaba así.
-Y no sabes, ¿quien lo mando?- dijo Lei.
-No, no dice el nombre de quien lo envía- y dirigiéndome a Franchesca que ya había tomado su lugar al lado mío dije- Franchesca, ¿tú no sabes quien lo trajo?
-Pues lo trajo una alumna, de eso estoy segura- aquí la obviedad mato a lo racional, evidentemente tendría que ser una chica de la escuela, no creo que haya sido una profesora o una chica del exterior vestida del mismo uniforme que nosotras, aunque después Franchesca corrigió su error al completar la frase- pero no traía un lazo, así que no se de que grupo es la joven que trajo la nota y la rosa.
-Mmmmm, ya veo.-conteste.
-Y, ¿no piensas abrirlo?-enuncio Ivonne
Todas estaban a la expectativa de saber quien había mandado el sobre, sin embargo cuando ya me disponía a abrirlo, la profesora de algebra entro y disperso a todas las curiosas. Todas ocuparon asiento y yo tome tanto la carta como la rosa y las metí en el cajón de debajo del pupitre. Me había sorprendido la forma en que me controle al ver el sobre y la rosa al entrar por la puerta, solo podía decir que por la rosa, la única probable de esto era Mónica, pero algo no concordaba, ya que si ella me había entregado una rosa en la mañana porque hacerlo otra vez y de una manera en la que ella puede ser tachada ya que había varias personas en el salón que habían presenciado la escena que había pasado en la cafetería hacia dos domingos entre Mónica, Judith y yo.
Deje a un lado estos pensamientos y continúe escuchando la clase mientras la persona de detrás de mí me hincaba el dedo en el hombro. Me volví hacia Ivonne y un papelillo doblado fue lo que me entrego, en el escrito venia lo siguiente, “¿Abrirás la nota?”. No conteste lo que me había escrito en ese papel, mas sin en cambio me torturaba el saber quien lo había mandado; tenia la ligera sospecha, pero decidí cerciorarme. Las clases continuaron para después de acabar las horas correspondientes a algebra y nos dirigiéramos a la clase de música donde la profesora nos coloco la letra de una canción en la pizarra y ella acompañada del piano nos hizo cantar. Éramos un verdadero desastre ya que aparte de no estar afinadas, la vibración en nuestras voces se notaba. Yo pensaba que la persona que hacia una actividad no se daba cuenta de los errores que cometía en dicha labor, pero aquí era evidente lo que hacíamos tanto que nos daba risa y más cuando la profesora quería calificar las habilidades de cada una en el canto por separado.
Las risas y burlas en un plan de amigas no se hicieron esperar ya que cantábamos terrible, a excepción de Lei que tenia una voz preciosa, puedo decir que aunque no tenia la voz o el ritmo que tienen las cantantes pero, tenia un don que podía ser bien aprovechado, al menos eso fue lo que le dijo la profesora Lizbeth al terminar de realizar su prueba. Después de esta sesión de canto, nos toco demostrar cuanto habíamos mejorado en tocar el piano, aquí me sentí muy nerviosa ya que aunque en la semana había tomado el piano algunos minutos, no había mejorado nada; la causa era que quería esquivar a Mónica y a Judith. Hice el oso más grande de mi vida pero me reconforte cuando Franchesca e Ivonne pasaron nuevamente, tocaron las notas y de nuevo sentí que en la atmosfera se podía respirar un aire de competencia entre las dos.
Al sonar la campana todas mis amigas me tomaron del brazo y me hicieron subir rápido las escaleras para llegar al salón, al preguntarles que pasaba y el porque de su actitud, me respondieron que ya no podían esperar el saber quien me había enviado la famosa nota que ahora era el tema del día. Me sentaron casi a golpes rodeándome, Alejandra se nos unió después entrando al aula y quedándose de pie mientras Lei se sentó de forma que el respaldo de la silla quedara como soporte de sus brazos. Las miradas no me dejaban de acechar aunque las otras compañeras del salón no se atrevían a acercarse estaban pendientes del suceso.
Me resigne y saque del escritorio la carta con la rosa; mire el sobre, separe con cuidado la orilla del sobre y saque la nota que estaba doblada en cuatro. Al abrir el sobre una fragancia de perfume se esparció, al respirarla me lleno y un aroma a jazmines fue lo que entro por mi nariz. Trate de hacerlo lo mas despacio al desdoblar la carta, pero Lei se harto y se impaciento y me la arrebato de mis manos.
-¡Te tardas Nat, yo lo hare!
Y así solo me quede sin decir nada viendo como Lei se transformaba por solo saber el nombre de la carta. Pero su reacción posterior fue lo que mas me intrigo. La nota cubría su cara, algunas letras se transparentaban y logre leer ailataN-en si era mi nombre pero estaba al revés , en si la ene no parecía una ene- y cuando esforcé un poco mi vista para leer o tratar de leer el texto escrito, Lei separo la nota y trago un poco de saliva dejando en su cara una expresión de duda, quería preguntarle que pasaba, pero Ivonne y Franchesca al igual que Alejandra se adelantaron a tomar la nota de la mano de Lei que se quedo seria alzando las cejas.
-Y bien. ¿De quien es la nota?-le pregunte a Lei-de pronto te pusiste algo seria, ¿estas bien?, ¿Qué dice la nota?
Un carraspear provino de la garganta de Ivonne que tenia en su poder el mensaje, me miro y sensatamente formulo su oración.
-Creo que tui tienes que leerlo, la verdad no se si te gustara.
Y me entrego la hoja con el mensaje que yo tome sin moverme de mi lugar. Empecé a leer la nota, sin embargo eran muchas letras, así que fui hasta el final de la hoja y en el pie de esta en el lado derecho con una caligrafía perfecta el nombre de este alboroto, nada menos que Judith Delgado Alanís, todo esto acompañado con una posdata que decía, “Pasare por ti al terminar las clases ya que quiero hablar contigo”.
Y las palabras sagaces de Ivonne que me dijo cuando solo leí lo que me importaba no creo que las vaya a olvidar nunca.
-Mmmmm, ¿te gusto el presente?

Texto agregado el 18-12-2009, y leído por 98 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
18-12-2009 Nada interesante que contar. Sólo tengo sueño. NickName
 
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