Ese catalejo que te regalé,
Pirata,
No es para ver en otros universos,
Lo que no serás capaz de recrear en este.
La inspiración me vuelve cuando te siento cerca,
Porque sólo de dolor se alimenta mi ego,
En otros versos te explique los motivos de mi amor,
Pura mecánica,
Pero tú eres un necio vagabundo de tus horas y tus días,
Reptando en la maraña social por un trozo
De lo que tú no puedes permitirte regalar
cariño.
Y en aquellos momentos de cálida inconsciencia,
En que tu no eras más que un crío con fimosis y tristezas
Intentando pujar por una vida de palabras con sentido,
Me fui clavando puñales,
Mientras tu tejías el cerco en que atrapar mi pena
Y saborear el néctar de las flores tibias de mi pecho y mi mente.
El abono de tu lejanía las ha hecho florecer,
Y el jugo de la vida del que te alimentaste,
Está próximo a su extinción.
Busca, pirata,
En otras damas y otros mares,
Que el sinsabor de esos diáfanos cuerpos,
Te llevará al éxtasis de un recuerdo más puro,
El recuerdo de aprender todo lo que sabes,
De partir de cero,
Desde mi puerto al mundo
Mi querido pirata.
Por el catalejo podrás ver,
Que hay cosas mucho más brillantes que tú persona,
Cosas que aun siendo de polvo y piedra,
Te superan en humanidad.
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