Nunca tengo palabras en la mano
cuando emprendo la tinta.
Es como agitar un árbol
para que caigan los frutos
agazapados en mi saliva
Y siempre cae tu nombre
que maduro a gritos
con la savia en pie.
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Texto agregado el 17-12-2009, y leído por 107
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