“Las espinas de la rosa”
-La trampa, las elecciones sin participantes y las rosas robadas-
I
-Un aura de victoria se ciño sobre mi, aunque después fue apagada por que analizando bien las cosas aunque me encontraba en un punto en el cual había descubierto el plan de Vanesa, ya era demasiado tarde por todo lo que había pasado, así que trate de responderle condescendientemente para que no notara una alteración en mi cara cuadro ella lo menciono.
-Pues me fue muy bien, la verdad no paso nada de más, así que estuve haciendo mis deberes y nada mas. Pero mas importante, ¿tu madre esta bien?- le pregunte para cambiare de tema.
-Si, no te preocupes ella ahora esta bien aunque no era tan grave la enfermedad, pero el doctor le hizo guardar toda la semana, así que ella estará descansado hasta el próximo sábado, aunque no se si ir a visitarla-y dirigiéndose a Lei le dijo-¿Qué te parece Lei?, ¿vamos o no?…
Lei respondió rápidamente negándose a volver a su casa de una manera tan tonta además de que no quería de nuevo dejarme sola. Yo agradecí el gesto de Lei aunque me sentía algo extraña por su comentario. Bajamos las escaleras hasta la planta baja y ahí encontramos al grupo de las amigas de Jimena, ella se dirigió a mí para saludarme y tome la palabra para presentar a Lei, ya que conocían de sobra a Vanesa.
-Les presento a Lei, ella es mi compañera de dormitorio.
Todas le sonrieron y la saludaron hasta que decidimos salir a cenar, no sabia donde el tiempo se esfumaba cuando estaba junto a Mónica que para esos instantes ella ya debía estar fuera de mi habitación, así que no me preocupe demasiado. Camine junto a todas hacia la cafetería donde nos sentamos en la misma mesa y vimos pasar a las otras alumnas que se encontraban en los dormitorios y algunas que recién estaban llegando con sus maletas aun en las manos, para no tener que levantarse temprano y venir a la escuela. Tomamos asiento y estábamos platicando de programas de televisión y cosas agradables hasta y solo hasta que alguien que no le agrado el verme- y claro que siento que el sentimiento fue mutuo- se presento en la entrada de la cafetería.
Arropada con un vestido verde limón de dos piezas y con un sweater de color blanco y su distintivo cabello de color rojo con su mirada petrificante, ahí estaba de pie Brenda Maldonado Arriaga que al verme solo pudo hacer mas que cerrar los ojos y seguir su camino hacia el mostrador donde platico con la cocinera, ella pareció entender lo que le dijo y se retiro de ahí para dirigirse a nuestra mesa y en cuanto llegó a estacionarse justo a mi lado, ya que yo me encontraba en la orilla de la mesa, dijo:
-Vanesa, puedo hablar contigo un momento.
Vanesa se incorporo seria de su asiento, pero al verme me dirigió una sonrisa que a Brenda saco de quicio para que ella ahora se dirigiera a mí:
-Natalia, después….quisiera hablar contigo, ojala luego podamos conversar.
Esto no tenia nada de extraño, pero el tono con el que lo menciono tenia un escalofriante sabor que me llego a los oídos y sentí como si un gato estirara sus garras en una pizarra o algo así-creo que debía de dejar de ver muchas caricaturas- ya que sentí cierto zumbido en mis oídos cuando ella me dijo esto.
Se llevo a Vanesa y salieron las dos de la cafetería para hablar, mientras veía que la señora de la cocina se dirigía con una bandeja de comida también fuera, mi primera reacción mental fue pensar en Mónica aunque no podía corroborarlo sin levantar sospechas ya que eso significaría echar mas leña al fuego. Solo mire a Lei que se quedo callada hasta que Jimena recobro el animo para seguir con la platica. Así lo hicimos y pasado un tiempo la señora de la cocina regreso y se fue a la parte trasera de la cafetería. Nosotras ya habíamos llevado las bandejas a donde ella comenzó a recogerlas después y vimos como Vanesa entraba a la cafetería toda roja y alterada, parecía que había ocurrido algo realmente fuerte entre ella y Brenda que la saco de quicio.
Solo dijo al sentarse, “Como me enoja Brenda es una……..”, las palabras de su boca volaban como si fueran moscas y nuestros oídos las captaban, no era porque me espantara escucharlas ni mucho menos, pero creí que Vanesa mantendría mas la calma. Además pude notar en su mejilla derecha un poco mas de rubor a la de la izquierda así que atando cabos se sabia que Brenda la había abofeteado, pero el porque de eso no lo dijo.
Todas tratamos de hacernos de la vista gorda hasta que termináramos de platicar y nos decidiéramos a irnos y cuando nos levantamos de la mesa, Vanesa me hablo por separado pidiendo a las demás que se adelantaran, Lei no pareció darle mucha importancia, es mas quería ir rápido a la habitación. Vanesa y yo caminamos mas lento mientras Lei y Jimena con sus amigas se retiraban de nosotras. Y secamente Vanesa me dijo.
-Ella me abofeteo, la verdad creo que me lo merezco, pero…..tal vez no, así que necesito oírlo de ti Natalia, y precisamente te lo pregunto de nuevo; ¿Te divertiste el día de ayer? Tú sabes referente a que Mónica se quedara.
-¡A si que es verdad!, tu me mentiste y le hiciste creer que ella te había engañado…….
-Mmmmm, creo que esa parte me la perdí ya que tanto Mónica como Lei sabían de mi plan, claro que Lei lo supo cuando íbamos ya en camino a mi casa.
-¿Lei?, no entiendo, no creo que Lei se parte de tu trampa, además porque tiene que ver el hecho de que Mónica haya estado en la escuela este fin de semana con que Brenda te haya dado una cachetada, que yo sepa no tienen nada que ver estos dos sucesos.-le replique algo alterada
-Enserio…..¿realmente no tienen nada que ver?, la verdad es que si tienen que ver Natalia, ya que si tu puedes decirme donde estaba Mónica cuando tu y Lei salieron de la habitación en verdad no tienen nada que ver, pero ambas sabemos, al menos yo lo se por Brenda , que Mónica salió de la habitación de ustedes y por causas que no me imaginaba que sucedieran Brenda vio salir a Mónica de ahí y me vino a reclamar, diciéndome el porque había hecho tal cosa de decirle a Mónica que fingiera irse a su casa y regresar ese mismo día para estar contigo, aquí es donde yo fui engañada porque ella me dijo que Mónica se lo había contado y yo me reí aceptándolo y diciéndole que era divertido. Pero su cara-en este punto Vanesa se puso toda seria y continuo diciendo- estaba toda enojada y me dio la cachetada diciéndome que si había olvidado……… pero esto no tiene que ver contigo, así que no te preocupes, así que te lo vuelvo a preguntar, ¿te gusto esta sorpresa?.
No podía decir que era mejor seguirle el juego, pero prácticamente me insistió y solo le pude co0ntar mentiras para que dejara de preguntarme, aunque siento que ella no se lo trago de todo, así llegamos a los dormitorios. Yo tenia aúnen mente lo concerniente a la seriedad que tenia Brenda en el relato de Vanesa, me preguntaba si tendría que ver con algo acerca de lo que paso en febrero de ese año, pero mejor guarde silencio, aun no quería saber nada que pudiera afectar lo que yo pensaba de Mónica y de todos modos no creía que Vanesa me lo dijera abiertamente.
La planta baja estaba totalmente deshabitada con las luces apagadas, parecía que no había nadie en el edificio ya que se lleno de un silencio espectral. Continuamos nuestra caminata gracias a la pequeña lámpara que hay en la pared inmediata a las escaleras y subimos los peldaños en silencio. Llegamos hasta el tercer nivel donde me despedí de Vanesa para que por ultimo me declarara:
-Es lindo que trates ahora a Mónica, mas sin en cambio también debo advertirte que por mi parte no le diré nada a Judith, pero no se si Brenda se quede de brazos cruzados con respecto a esto y no le diga nada a Irais, además a estas alturas debes de saber que ella no te quiere ni un centímetro cerca de Mónica, así que trata de ser mas cautelosa hasta que te decides, ¿de acuerdo? Y perdona a Lei, en si ella no sabia nada de lo que yo estaba tramando y todo se me vino a la cabeza cuando recibí la llamada de mi padre, así que ¿amigas?
Y estirándome su mano con una sonrisa de oreja a oreja yo la acepte y sonreí aceptando su disculpa, claro que sabia Lei no tenia nada que ver en este asunto-por lo menos no del todo- así que no me costaba nada dejar pasar por esta vez.
Ella subió hacia el último piso y yo camine a mi habitación donde al entrar Lei estaba acostada en la cama y sosteniendo una nota de la cual leyó una pequeña parte para decirme:
-“Ojala podamos repetí lo del sábado pasado, así que estaré esperando tu respuesta y recuerda que todos los días al amanecer habrá una rosa roja recién cortada en tu puerta, recógela y percibe su fragancia y al hacerlo recuérdame, te quiere Mónica Díaz Fernández”; ¿tienes algo que decirme, Nat?-agrego
La respuesta a las palabras de Lei que me miro con gracia hizo que la sangre y un bochorno recorriera mi cuerpo, me sentía algo ultrajada por el hecho de que Lei había leído esa nota que era totalmente distinta a la que Mónica me había escrito en la mañana.
-Nat, por favor dime, ¿Qué fue lo que paso entre Mónica y tu el fin de semana?
-Primero que nada, ¿de donde sacaste esa nota?, yo no la recuerdo.
-Mmmmm pues la cogí del escritorio estaba encima del libro de poemas junto con esa rosa; así que por esa razón actuaste de manera extraña cuando yo llegue, ¿cierto? y era porque ella estaba aquí…………….¡Oh Dios mío!, ¿Qué paso, por favor, cuéntamelo todo y no omitas detalle.
La cara de Lei mostraba cierta felicidad o mas bien algo de morbo por saber que es lo que había pasado antes de que ella llegara a la habitación, y casi caigo y le cuento hasta darme cuenta de lo que quería decirle a Lei.
-¿Qué te parece si primero tu me dices porque si sabias que Vanesa me había mentido no me avisaste a tiempo?-y aunque se lo pregunte con un tono algo duro no podía enojarme con Lei y su peculiar sonrisa que me recordaban a esas muñecas de porcelana.
Ella me platico acerca de que Vanesa le conto su plan cuando estaban cerca de la casa de los tíos de ella y no podía hacer nada ya que Vanesa quería saber que podía pasar, si yo tenia suficiente fuerza de voluntad como para alejar a Mónica o simplemente no la tenia-que fue lo que paso- y con esto Lei no movió un dedo. Cuando termino de contarme estaba yo de pie con una cara de actriz que simulaba que aun estaba enfadada, pero poco me duro el gusto ya que de las bolsas que había traído, Lei trajo una caja de chocolates, y aunque me sentí comprada, sus disculpas y los chocolates hicieron el efecto deseado y no tuve mas opción que aceptarlos. Y lentamente le conté lo que había pasado, ocultando el hecho de que Mónica había dormido conmigo en mi cama esa noche-aunque no debía ya que no paso nada, si a lo que habíamos hecho se le podía decir nada- y claro que Lei no se dio cuenta de la otra nota que Mónica me había escrito ya que lo confundió con un separador. De sus otras bolsas saco otras cosas que usaríamos para adornar la habitación como otras cortinas, algunas fundas para almohadas más animadas que las que teníamos y llevo también unos retratos de su familia que coloco en su escritorio. Y seguimos platicando hasta que decidimos dormir, cambiándonos cada una a su pijama correspondiente. Así, Lei apago la luz y nos deseamos las buenas noches. Yo en mi cama cuando mis ojos se habían acostumbrado a la obscuridad pude sentir algo extraño y era el olor a Mónica, era como si su presencia se hubiera grabado en mi ropa y esta me hiciera recordar el que ella había estado hacia unas veinticuatro horas en mi cama tocándome y excitándome con el simple respirar que daba a mi cuello, provocando mi deseo de que ella estuviera ahí cuando sus besos y mordisqueos estaban sobre mis labios.
Esa noche soñé con ella, la imagen que me mostraba el sueño era la misma que habíamos tenido en los arboles cerca del invernadero, ella apoyada en mis piernas acostada, dormitando, mientras yo la veía y contemplaba su figura. Mi hermano Arturo me había dicho que el tener un sueño de la otra persona que te quiere y de la cual tu sientes un sentimiento que no puedes definir, se da porque el alma de esa persona quiere verte y sale del cuerpo y te visita en tus sueños para que este presente en ello; yo no se si creer o no en eso, pero se que me sentí tan relajada tanto que no quería despertar pero lo hice cuando el despertador de Lei sonó tan desconsideradamente señalándonos que era lunes y la segunda semana en la escuela Lillian daría comienzo. Esta vez no hubo reclamos de mi parte para levantarme y vi la silueta de Lei en su pijama que se levanto a apagar su despertador, esa sonrisa de ella me pareció muy linda en esa ocasión, mas que las otras que me había sonreído, de repente alguien tocaba a la puerta, yo me levante y abrí la puerta pero al hacerlo no había nadie en el pasillo que fuera el responsable de esa acción, sin embargo mire al piso alfombrado y ahí en los pies míos y de la puerta se encontraba una rosa roja recién cortada. No había necesidad de preguntar quien era la persona que la había colocado ahí, ya lo sabia, me agache a tomarla e ingrese al cuarte y cerré la puerta mientras me recargaba en ella. Lei hizo una mueca que podía entender como “Y bien, ¿Quién era?”, yo le mostré la rosa y su cara de alegría paso a ser una de total felicidad con algunos alaridos y yo solo podía sonreír.
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