Oscuros callejones se cruzan en el instante que deseamos salir con más ansias del túnel; las esperanzas de conseguir la libertad por medio de las ataduras del amor es lo que considero la contradicción de pandora…

Ahora nada me consigue inspirar, las tristezas que logro conseguir solo me alientan a seguir, pero el remordimiento que consigo con saber que cada vez lo que deseo es más grande, no puedo entender el malestar de la incertidumbre y de la penumbra de estos callejones sin salida.

Mi agonía va más allá de un simple sabor amargo en el camino que recorro todo el tiempo. Las posibilidades de encontrar una aventura o una salida acompañado de una fémina hermosa, y el objetivo preciso del hedonismo puro en las horas venideras se hacen escasos cuando invaden en mis pensamientos la actitud de un Quijote sin Dulcinea.

¿Qué se puede encontrar en la búsqueda de un sentimiento que acaba siempre haciéndonos sufrir? No es más que lo mismo cada vez pero, la oportunidad de brindar amor a cada persona que se nos cruza y hacer que nos ame es mayor cuando nos conocemos haciendo el amor…

El primer instante que se vive de pasión con el prójimo nos muestra la capacidad que tendremos de amarlo, no basta con ser tierno y ser detallista, hay que vivirse la pasión que encierra nuestro lado reptil y acabar desenterrando todo nuestro ser animal.

No basta…