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Caminaba en medio de la calle. Era de madrugada y por las calles desoladas solo podía observarse a los borrachos que , por falta de una compañía confiable o por creerse mejor de lo que estaban vagaban por allí si compañía y ,por supuesto,tambien estaban ellos dueños de la noche, amos y esclavos de la oscuridad .

Eran casi 200 años desde su último día. Después todas fueron noches, reales o ficticias , lejanas de las sensaciones y sentimientos que lo identificaban como un hombre, un verdadero humano.

Estaba solo, era un paria, rechazaba a su clan y en algunos momentos,(parte del castigo), se rechazaba a si mismo, como esta noche en que el recuerdo de ella se levantaba en medio de la bruma que era para el su vida antes del abrazo . Recordaba perfectamente que con ella había hecho el último acto de amor , dejarla ir ; porque ella se había adueñado tanto de él que ni la muerte ni la misma oscuridad que en poco tiempo consumió todo lo demás, había logrado arrebatarle ese ultimo sentimiento.

Fue un año de finales del 20___ cuando ocurrió, las calles y las casas, eran muy distintas, la gente podía andar libremente sin miedos y los vivos también como ellos podían oler un aire puro sin necesidad de llevar esas mascaras purificadoras, una época en la que èl creía un mito todos los cuentos de fantasmas y vampiros , hasta que se convirtió en uno.

Ella había sido su amor de toda la vida, pero nunca pudo decírselo, era su amiga y el se conformaba con esos extraños momentos en que parecían ser uno solo, cuado el veía en sus ojos e imaginaba en ellos el reflejo del amor, solo que ella estaba comprometida y según parecía muy enamorada y el ante sus ojos no podría ser mas que un hermano mayor para ella, siempre se lo dijo y se lo repitió, tanto que las escasas veces en que intento confesarle sus ceñimientos sus palabras de amor fraterno lograron hacerlo arrepentir.

Contrariado y abatido al recibir de la boca de su amada la noticia de su casamiento anduvo por las calles mas oscuras y por lugares en que, nadie en su sano juicio quisiera encontrarse; era obvio ya que él no se encontraba en sí, andaba sin mirar, aun cuando sus pies parecían saber exactamente a donde se dirigían, como guiados en la oscuridad por un oscuro Hechizo ,enajenado por el alcohol ingerido en las tabernas de la ciudad y falto de interés en la vida que llevaba se dejo conducir por ese sonido ajeno a sus pensamientos que lo llamaba sin pesar mas . De pronto no quiso caminar mas y aún cuando lo quisiera ,no habría podido porque en ese momento su cuerpo no respondía a sus ordenes, vio salir en medio de la noche y las tinieblas , la forma de una mujer vestida de negro que sonreía mientras lo miraba, se acerco a el , dio vueltas y a l final acercándose a su rostro, que con sus manos acaricio dijo:

- Seria un desperdicio dejar a la muerte y a los años consumir la belleza de un hombre como tu. De esta noche en adelante seré tu madre porque como ella te daré la vida , una mas allá de todo lo que crees posible, una vida en la que no sentirás mas dolor y todas esas pesadas cargas que llevas se alejaran de ti para siempre.

Ella fue su Señora, a quien debió seguir desde esa noche y por un tiempo fue como ella lo dijo , hasta que volvió a verla a ella a su amor y de entre la oscuridad resurgieron los recuerdos.

Como de costumbre fue otra noche en la que buscaba que comer y entonces en uno de esos bares, la vio, al principio no la reconoció, pero ella si, corrió hacia èl, lo llamo por su nombre y despertó en el , primero el sentimiento y luego las memorias; ahora ya que no tenia ningún escrúpulo la beso y ante su sorpresa ella respondió a ese beso, confesándole su dolor por perderlo y que había entendido que lo amaba, esa noche, la pasaron juntos, el sabia que la quería acompañándolo en la eternidad y su instinto lo obligaba a morderla, en un momento estuvo a punto y ella vio los colmillos asustada, llena de pánico ante el hombre con que había estado , de pronto sonrió ofreciéndole su cuello y su sangre, aceptando su maldición para ella también.

El no pudo hacerlo, la amaba demasiado para condenarla al suplicio de la vida sin muerte, del vivir sin razón sin sentido y no tener ni la salida de terminarla ocupando la tierra hasta que la tierra desaparezca. Así que la alejo con brusquedad para poder vencer su instinto y se marcho en medio de las lágrimas de ella.

Si ese fue su ultimo acto de amor, darle la posibilidad de morir, pensó un minuto mas en ello mientras limpiaba de su rostro los últimos restos de sangre de su ultima victima y se colocaba la estorbosa mascara purificadora para no llamar la atención.

El había dado a esa chica la posibilidad de continuar viendo la luz del día, pero, ella la desaprovecho, paso meses en busca de su amado “amigo” y encontró la muerte en vida. Ahora ella también era una de ellos, pero con un señor distinto al que estaría atada por la eternidad y el lo sabia.

Texto agregado el 15-06-2004, y leído por 157 visitantes. (0 votos)


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