Atardecía en oriente
y nosotros dibujábamos nuestras sombras
al occidente,
los árboles ensayaban su coreografia
de esa su danza mágica.
Tu cabello se arremolinaba
al compás pasajero
del viento.
Mientras yo aún insistía
en coleccionar abstractos
en mi memoria,
de donde nacian poemas
que se deshojaban y desdoblaban
lentamente
ante cada susurro tuyo....
Texto agregado el 15-12-2009, y leído por 91
visitantes. (1 voto)