“Las espinas de la rosa”
-La rosa y la declaración de amor en la noche-
IV
-Comimos en silencio, ninguna de las dos dijo palabra alguna mientras masticaba su comida, “¿no era raro que estuviera en esa situación?”, pensé, pero no me sentía incomoda con ella es mas creo que no me apena el decir ahora que lo disfrutaba.
Cuando Mónica termino, se limpio las comisuras de sus labio delicadamente con la servilleta que antes de comer extendió en sus piernas, era claro que ella provenía de una familia acomodada, pero esto no fue lo que me irrito, el hecho de que ella echara a perder mi tranquilidad con sus preguntas algo fuera de tiempo y claro con esa manía de hacerlas tan directa era lo que me desquiciaba.
-Natalia, ¿es cierto que tu fuiste el lunes pasado en la noche al kiosco para encontrarte con Judith?.
A esta clase de preguntas era a las que me refería, no es que mi primera observación fuera errónea de suponer que Mónica estaba celosa de Judith, si no es que ella trataba de forzarme a contestar como si mi vida dependiese de ello y no solo eso, era como si me estuviera tratando de sacar una respuesta aunque fuese una mentira piadosa o algo así, sin embargo sabia que mi manera de contestar podía atraerme mas dificultades. Así que mesuradamente le dije:
-Pues, la verdad es que ella me pidió que asistiera, pero al estar ocupada no pude asistir.- le respondí.
-Si, me imaginé que dirías eso.- me contesto mientras llevaba la botella de su jugo a su boca.
-Pero, necesito decirte que no te dejes llevar por lo que te diga Judith, ¿me lo prometes?.
No sabia porque tenia que prometerle el que no me vería mas con la señorita Judith, no era que la viera a cada rato, además ella ya tenia suficientes ocupaciones como para atenderme, así que su petición esta completamente de lugar. La parecer ella se dio cuenta de ello y me dijo:
-¡Oh, perdón!, me excedí esta vez-“esta vez”, pensé mientras la miraba fijamente-la verdad es que tu eres la que elije con que personas estar, así que olvida lo que acabo de decirte, por favor.
-Ummm si, no hay problema. Pero ya que estamos hablando de esto, quisiera saber, si se puede……el porque usted siempre esta peleando con la señorita Judith.
Ella se quedo callada, así que analicé mi oración anterior detenidamente, en ella no encontré algo que prácticamente fuera a corromper la paz en la cafetería y mucho menos la tranquilidad que ya había vuelto entre nosotras. La mire de nuevo, su expresión indicaba que había dicho algo que no le gusto, revise de nueva cuenta mi oración y otra vez no encontré nada así que decidí sutilmente pedir una pista.
-Mmmmm, por favor.
-No me refería a que me lo pidieses por favor, sin embargo creo que a ti se te olvidan las cosas, ¿verdad?. No habíamos quedado en que me hablarías de tú y no de usted.-me decía mientras sonreía y se llevaba su cabello por detrás de sus orejas, esto me hacia recordar a Lei.
También no había entendido, pero era cierto que ella se tomaba muy enserio que yo le llamara por su nombre, así que volvía a hacerlo de manera un poco mas informal, como ella quería.
-Quisieras contarme acerca de tu pelea con la señorita Judith, Mónica.
-Ummm, la verdad es que ahora no estoy de humor para unja conversación que me desagrada tanto, además tendría que recordar mi pasado y eso no me gusta, así que tal vez luego.-me respondió mientras se levantaba de su asiento.
Mi primera reacción fue, no enojarme ya que me hizo un berrinche como una niña de 5 años porque no la llame por su nombre y me hizo repetir lo que yo quería para que al final no me lo contara, pero después mi segunda reacción fue mas calmada ya que pensé el las palabras “pasado” y “degradable” y recordé lo que me habían dicho acerca de ella y de su accidente, así que no ahonde mas en el tema.
-Vamos Natalia, llevemos las bandejas y salgamos de aquí.
-Si, claro.
Seguí a Mónica y entregamos las charolas de la comida a la cocinera, después caminamos hacia la salida. Mire mi reloj mientras lo hacíamos, la hora que marcaba en ese instante 5:45 de la tarde, el sol comenzaba a ocultarse, me volví hacia Mónica y le dije:
-Y ¿Qué hacemos ahora?
-No se, mmmm, espera, si, creo eso estará bien………ven, vamos al kiosco.- me hablaba mientras tomaba mi mano y caminábamos de nuevo por el sendero entre los edificios.
-Al kiosco, pero, ¿para que quieres ir ahí?.-le pregunte.
-No es obvio, ya que no fuiste con Judith, quiero que tu me acompañes ahí, es mas quiero decirte algo.
¿Decirme algo?, no creo que se haya ya tomado tanta confianza o creyera que soy muy confiable como para contarme lo que le había pasado-claro que el como había obtenido la información del pasado de Mónica, no era precisamente de una manera muy honesta, por así decirlo-sin embargo la seguí. Caminamos por la maleza, hasta que ante nosotras apareció la construcción del kiosco y delante de el unido por un camino empedrado, la capilla que hasta ahora sigue cerrada.
-Bien, espera sentada, en el kiosco, ¿de acuerdo?, no me tardo, así que no te vayas a ir.
Desapareció por donde habíamos llegado, Mónica actuó muy raro pero no le preste mucha atención a estas cosas y camine al kiosco donde subí los escalones para llegar a la plataforma principal y sentarme en los asientos de medio circulo en los cuales ya había estado con Lei.
No sabia que hacer si Mónica comenzaba a hablar de su vida, es decir que podía decir si ella decía algo concerniente a lo que me había platicado el viejo vigilante, así que estaba en estos pensamientos, pero llegue a la conclusión de que seria mejor escucharla, además creí que era mejor hacer eso que empezar a platicar acerca de mi y cosas por el estilo.
Mire al cielo, la luz del sol se estaba ocultando por las nubes y una parvada de aves cruzaba el cielo, era hermoso y mas cuando el sol estaba sobre el cenit para ponerse ese día. estaba sola en aquel lugar, pensando que debían de estar haciendo Lei y las demás, mientras yo seguía esperando a que volviera Mónica. Observe el reloj, 6:15 de la tarde, Mónica se demoraba demasiado, no sabia a donde pudo ir. Suspire profundamente cuando una voz al lado mío sonó.
-Mira, mira, ¿de que tanto estas suspirando, Natalia?
Un grito salió de mi boca para después ser tapado por mis manos, mi respiración estaba algo agitada al ver que Mónica me había pegado semejante susto, yo solo le pude estar sorprendida porque no me había dado cuenta de su presencia hasta que ella me hablo.
-¡Pero, pero!, que tratas de hacer Mónica, ¿acaso quieres matarme de un susto?.- le dije gritando enojada después de recobrar los sentidos.
-Venga Natalia, si solo fue una bromilla, además creo que tengo que hacerte enfadar mas seguido, ya que así consigo que tu me llames por mi nombre.
Decía esto mientras subía los peldaños hasta llegar a mi quedándose de pie con las manos detrás suyo. Cuando iba a responder que eso no tenia importancia, ella me entrego una rosa recién cortada, yo trataba de cogerla casi inconscientemente pero mi yo racional me despertó de una bofetada para caer en la cuenta de lo que estaba pasando.
-¿Eh?, ya te había dicho que no tenias porque tomarte la molestia de traerme rosas.
-Si, si, tienes razón, pero esta no es de la rosas que te voy a dar diario, así que tómala por favor, a menos que la vayas a despreciar……………..pero si es así, me sentiré triste porque tuve que ir hasta el invernadero y cortarla.
Me sentía algo manipulada por lo que acababa de escuchar, mas sin en cambio creo que me sentía feliz, así que alargue mi mano hacia la rosa y la tome del tallo, mientras lo hacia, Mónica se apresuro a tomar mi mano y jalarme hacia ella para estar rodeada por sus brazos.
Trate de resistirme-esta era la primera vez que no actué como tonta y no deje que ella tratara de plantarme un beso, ya que ese era su plan-y mis manos estaban forcejeando con las suyas.
-¡detente!, por favor, ¡detente!.- decía mientras seguía peleando contra ella, pero Mónica no me soltaba, en cambio me dijo.
-No, no te voy a dejar, así que me vas a escuchar ahora……..
Y cuando termino de decir esto, no se porque causa terminamos en el piso, la verdad es que no quiero aceptar que creí el haberme resbalado, pero así paso. Yo estaba debajo de Mónica y nuestras caras quedaron cerca, muy cerca.
Mi corazón estaba latiendo muy rápido y me sentía rara, mis manos ya habían sido dominadas por ella, no podía zafarme. Sus cabellos rozaban mi piel y mi cara estaba tiesa por lo que estaba pasando. De repente ella me beso. Mis ojos se fijaron en sus parpados cerrados mientras sus labios me robaban esa caricia de mi boca.
Cuando termino, sentí como mis labios sabían a los suyos, después de que Mónica abrió sus ojos me miro tiernamente, mis mejillas estaban calientes por el evento ocurrido, ella me soltó las manos y se medio incorporó para sentase sobre sus piernas, yo estaba ahí sin decir nada y cuando logre pararme Mónica me acaricio amorosa y delicadamente la cara sentía un temblor que recorrió todo mi ser y que iniciaba desde el sitio donde Mónica estaba acariciándome.
La rosa que Mónica me había entregado antes de que empezáramos a disputar estaba a su lado derecho, la cogió y me la entrego yo la recibí y después me dijo:
-Natalia, discúlpame por haberte obligado a que me dieras un beso, se que aun es muy pronto para decírtelo y mas cuando apenas me conoces, pero aun así te lo voy a decir…….quiero que estés conmigo, conmigo y con nadie mas. Cuando ese lunes tu me esquivaste me sentí algo extraña y creí que se me pasaría pero cuando te veía siempre, Brenda no me dejaba acercarme a ti y eso me molestaba, porque quería estar contigo. Esa vez que te bese sentí algo muy raro en mis labios y se que tu también lo sentiste. Además cuando Judith me dijo que te había citado esa noche para verte, y lo que te dijo yo me sentía muy enojada y no sabia la razón ya que era muy tonto que solo por una vez que te había visto yo ya te quisiera, pero no podía seguir engañándome y la verdad me gustaría decirte que me gustas y voy a hacer lo que sea para que tu estés conmigo.
-Se que Judith, también esta tratando de quitarte de mi camino, así como Brenda y como Irais, pero ellas no comprenden lo que yo siento por ti, así que necesito saberlo de ti. Es obvio que tu ahora estas fuera de ti, así que voy a ser paciente y espero me puedas perdonar por esto que acaba de pasar.
Cuando termino de decir esto mi respuesta fue el silencio , ya que yo estaba en shock, no podía decir nada coherente. Una chica se me había declarado abiertamente, aunque lo que me maravillo fue el que sintiera pena, era algo que me llamaba la atención. Mónica se levanto del piso y se disponía a irse cuando mis palabras mas viscerales que razónales hablaron.
-Espera…….no….no, te vayas, yo, no se que decir, la verdad esto es algo muy nuevo para mi.
Mientras decía esto un sentimiento extraño estaba presente en mi interior. Mónica no se volvió a mirarme y solo me dijo.
-Hoy…..hoy en la noche, bajare a tu habitación y si tu quieres que yo este ahí, puedes dejar la puerta abierta para que yo duerma esa noche ahí, así que nos vemos.
No supe que contestar, solo me quede ahí sin decir nada y Mónica lentamente desapareció por la maleza de arboles que se levantaba a un costado.
La brisa del viento jugaba con mi cabello nuevamente mientras yo seguía pasmada por lo que acababa de pasar y mirando la rosa que tenia ahora en las manos vi al cielo, mientras las lámparas que rodeaban la capilla y el kiosco se encendían.
Mire mi reloj, la hora que marcaba 6:50, “¿seria mejor regresar a los dormitorios o no?”, pensé, sin embargo aunque había llegado a la determinación de irme a mi habitación y pensar, solo me quede ahí, estática por otros 15 minutos en silencio que no era una calma total, ya que el sonido de los grillos se escuchaban acompasándose con mi respiración que se iba lentificando a comparación de cuando ella estaba sobre mi y me beso y también se lentifico de mas a cuando ella se me declaro.
Así que me incorpore y camine hacia los dormitorio, pero al estar frente a ellos, solo pude sentarme en las bancas que están enfrente y ahí me quede viendo las luces del interior.
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