Ingreso, primer nivel, imágenes confusas,
palabras sin sentido aparente,
sonidos que no defino.
Corro,
no me gusta estar dónde no se donde estoy.
Mismo nivel, una caja.
Abro, salen dos o tres recuerdos.
Son de mi primer infancia.
Mamá, papá, familia feliz.
Tempestad, cáos , tristeza,
cierro, no me gusta recordar lo malo.
Continuo deambulando, subo una escalera,
siguiente nivel, la escuela, poca diversión,
frustración, burlas, riñas, peleas.
Me voy.
Tropiezo con un estante, allí está todo lo preciado
el liceo, los amigos, las salidas,
quiero alcanzar un estante, pero no llego
me trepo al primero,
cae todo, se entrevera,
no encuentro lo que buscaba,
ordeno un poco el lío,
encuentro cosas que no me acordaba.
Me agrada.
Luego del esfuerzo, continúo el recorrido
abro ventanas y puertas,
dan a paisajes insólitos que aún no exploro
aparecen laberintos que no defino.
pasillos oscuros, gente misteriosa,
me da miedo.
Pero más miedo me da, una llave,
que cuelga de mi cuello,
que abre una puerta que aún no encuentro,
se que es algo importante,
porque siempre ha estado ahí,
colgando,
como recordándome lo que debo hacer,
qué no se qué es,
pero pronto descubriré.
Paseando por mi psiquismo.
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