Realmente no tengo idea por qué mierda escribo esto. Según una hermana tengo una depresión endógena, ¿o era larvada? Al final da lo mismo. Si te mueres de sida por transfusión o por relaciones homosexuales, te mueres igual, el drama de defender por qué moriste le queda al resto.
- ¡Ah no! Si es endógena venía contigo y si larvada te la introdujeron- Dijo la especialista.
- ¿Perdón? ¿Me introdujeron qué?
- Me refería a la larvada. Bueno, en el caso del Sida no es la larva sino que el… el ¿gusano?
- Okay. Hace tiempo que no me hago el test de Elisa pero nunca he tenido relaciones… O sea, nunca me han introducido gusanos, boas u otros coleópteros.
- Está claro que de insectos o reptiles no sabes mucho. Porque el título del texto es suicidio y que yo sepa no tiene nada que ver con insectos, larvas o reptiles.
- ¿Cómo que no tiene nada que ver? Si prendo un foco halógeno de 500 Wats ¿cuantas polillas no llegan atraídas?
- No, eso es una trampa biológica, llegan atraídas por la luz, sólo por la luz.
- Okay. Te creo que exista una polilla suicida atraída por la luz, pero y el resto que ya son demasiadas, ¿nunca se enteró de la trampa?
- Ya caché pa’ dónde quieres llegar, es un tema político y no me gusta la política.
- Que bien, porque eres el plato predilecto de la política.
- ¿Te pido un favor? Deja de hablar en raro y di las cosas como quisieras que te las dijeran.
- Conste, y que quede en actas que tú lo pides:
¿Cómo tolerar una pérdida así, en la cultura mapuche ser mujer ya es un bien, ser inteligente será aún más? y conocer la palabra y expresarla debe ser un todo.
Siendo joven hay demasiados caminos, demasiados, los amores se extinguen fuera de temporada, y renacen antes de primavera, pero todo eso es ser mujer. Que envidia.
- ¿Te refieres a la muerte de Tania?
- No la conocí por Tania, es más, no la conocí.
- No es momento para chistes.
- No, me refiero a que no la conocí por Tania sino por escolástica. Tampoco recuerdo haber leído algo suyo. Sólo la ví en reuniones y adherida a ella estaba Andre.mel.
- Eso de adherida suena extraño.
- Es que pareciera que no necesitaban de nadie más, ellas dos y el resto sobraba. Y uno con 30 años más intentaba capturar algo de esa magia. Yo no sé si les gustaba la literatura, pero era la excusa para verse y amarse, aunque fuera en verso. Qué vengan los críticos a discernir la obra.
Ah. Ahora me acordé porqué quise escribir, me dio una pena y unas ganas de llorar cuando te vi en el ataúd, tan niñita, tan insignificante antes de vestirte de raso y madera.
De mí no te llevas nada, puedo seguir escribiendo tan mal como antes, cosas que me niego a borrar. Pero preciosa niña, mariposita, tú no viste los ojos de tu madre, ni viste los ojos de Andre, ni sostuviste su cabeza cuando entre sollozos reconocía que ella; tan niña como tú, debió cuidarte. No es justo que la niña que tú amaste, deba cargar con lágrimas tan pesadas como las que yo derramo al escribir.
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