Me siento hostigada de tanto trabajo, me siento con las piernas cruzadas.
Comienza mi turno a las siete de la mañana culmina a la una de la tarde quiero irme a descansar el horario de la noche viene a arrebatarme mi descanso y en la penumbra del crespúsculo se adormecen mis ojos para decir de nuevo ¡adiós!
Texto agregado el 12-12-2009, y leído por 80
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