Y la luna se abre paso vigilante en la noche,
Como un ojo atento,
Como un vigilante desnudo,
Como el azar en acecho.
Mira a hombres nocturnos,
Hombres que ríen, gritan,
Hombres que viven, viven y mueren,
Hombres que vuelven a vivir,
Exhibicionistas acostumbrados al ojo atento,
Al vigilante desnudo,
Al azar en acecho.
La luna se abre paso atenta en la noche,
Recibe vírgenes, brujas, hechiceras, Wandras,
Aquelarres en su honor,
Humo sagrado que sube a alabar su grandeza.
La luna se abre paso eufórica en la noche.
Acode modernos juglares,
A alegres mortales que celebran sus dichas en todos los lugares,
A amantes, a enamorados,
A hombres solos, a hombres acompañados.
Y hay noches en que sin querer,
La luna se abre paso entre el miedo,
Vigila la esquina,
Al hombre, al ultimo aliento,
Al temor y la razón,
Al peligro en acecho,
Vigila la partida, presencia el hecho,
Y siente que es solo en este mundo
Un ojo atento,
Un vigilante desnudo,
El azar en acecho.
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