“Al otro lado del espejo de Dafne”
II

-“Todo en ella-empezó- es una paz inquebrantable, los versos de los poetas son demasiado tontos y obscenos para que galardonarla, ya que el rey de esa región, era uno de los grandes soñadores que concibió en su pensamiento hacia muchos eones cada detalle para que personas inmundas de remotos sueños puedan verla y contemplarla.
“El nombre de ese rey soñador cuando estaba en esta vida corpórea, esta escrito con piedras hermosas en la entrada de su palacio, cuyos chapiteles, puertas, ventanas y marcos, están construidos del mas puro diamante; y los senderos que llevan a su palacio son del mas lindo cuarzo con orillas de zirconio y esmeralda. En sus lagos, los peces multicolores se disfrazan con las piedras hermosas cuando sale el sol hacia esa dirección; su color es realmente esplendoroso.
“las vestimentas de este rey, son de una tela mas fina, lisa y delgada que la misma seda, y esta unida por hilos de oro puro que se dejan asomar entre sus ropajes. Su trono y su cetro son de oro con incrustaciones de rubí, perla, topacio, zafiro y esmeralda, ordenados como si fueran u arcoíris de preciosidad inocua.
“en la ciudadela del reino, los habitantes viven en casas de madera fina, como el roble o pino, las gentes que habitan estas casa son de diferentes lugares del mundo y han conseguido la entrada universal para el reino de Inumha que en una lengua antigua significa “el mundo de los sueños”.
“y aunque viven ahí desde eones anteriores a esta civilización, ellos ahora añoran vivir en la ciudad donde se encuentra la puerta de los sueños, la mística Odai-lam, donde las columnatas de ónice de inconmensurable tamaño te impresionan hasta que el guarda Hipnos te guía hasta la plenitud de la ciudad.
“Respecto a Inumha, sus verdes pastos y sus tranquilas veredas excitan la vista de los pasajeros que la contemplan por primera ve, sus aguas son cristalinas tanto que los animales rebosan en sus orillas y los extranjeros descansan y cuentan anécdotas de otros sitios de ese basto mundo de los sueños a los pobladores del reino; así es como me entere de la puerta de los sueños.
“esos rumores viajaron a los oídos del rey de Inumha que quería desplazarse hasta ese confín de grandes columnatas, pero desgraciadamente los viajeros, no acuerdan demasiado de el camino que siguieron para llegar a ese valle encantado, solo memorizaron que tenían que seguir el cenit en el horizonte y de ahí solo recuerdos vagos.
“Pero, en ese reino-el de Inumha- solo hay una regla, nunca se debe leer el nombre del rey inscrito en diamantes y oro ya que esto traería una desgracia e infortunio a este reino”.
-Las historias de Dafne eran totalmente increíbles, pero en ellas se escondía algo verídico; era como si disfrazara la realidad y no me contara todo acerca de sus sueños que ella creía eran mas que eso.
Las cosas que antes le causaban algo de indiferencia, ahora las combinaba con sus relatos y aunque no logro la aceptación total por parte de las personas que conocía, esto le dio o mas bien le quito algunos sobrenombres como rara o fenómeno, pero todavía la desconfianza la seguía acechando.
Todas las tardes del mes de diciembre hasta enero del siguiente año, las historias crecían estrafalariamente llenas de adornos y mas fantasiosa que antes; ya que según ella sus sueños la habían llevado hasta la ciudad del sueño, a la puerta que conecta la realidad mundana y el verdadero significado de los sueños, pero por buna extraña razón, al estar descendiendo los peldaños de las columnatas de ónice, sus sueños se interrumpían y no lograba ver mas allá de una pequeña barda hecha también de el mismo material de la columnata, y regresaba a los prados verdes de Inumha, lo cuál tenia su temperamento algo frustrado.
Me conto también acerca de su viaje al palacio del rey cuyo nombre esta prohibido decirlo, ahora en esa ocasión describió el palacio de ese individuo como si en verdad lo estuviera contemplando.