Me encuentro a mí misma
Preguntándome qué hacer, qué camino tomar...
Siendo mi propia guía
En este camino lleno de neblina que estoy atravesando.
Me encuentro siendo mi propia ayuda,
Mi propia herramienta para salir adelante;
Soy yo, mi propia luz...
Escucho las voces de aquellas personas
A quienes en reiteradas ocasiones
Pedí asistencia,
Y sólo vienen a mí, recuerdos del pasado,
Sentimientos ajenos, palabras externas...
Me centran en todo, menos en mí.
¿Cómo permitirme así sentir
Lo que sea que quiero sentir?
Es difícil entender, cómo las voces
A veces no consiguen comprenderme
Si no hago más que hablar,
Que mostrar, con todo lo que digo,
Con todo lo que hago,
Cada gesto, cada mirada, cada silencio...
Todo habla de lo que siento.
A veces parecieran estar más ocupadas
En hacerme un objeto más de sus teorías,
Obsesionados en encontrar causas,
Que ayudarme a iluminar el camino frente a mí.
E incluso cuando intento hablar de lo que siento,
El centro sigue sin estar en mí.
¿Dónde quedó la empatía, la aceptación incondicional?
¿Por qué tengo que adecuar,
Lo que siento a sus teorías
En vez de serle fiel a mis emociones?
No me serviría que me dijeran qué hacer,
O minimicen mis sentimientos comparándolos con los de alguien más...
¿Por qué sabrían cómo resolver
Algo que me está pasando a mí?
Quiero que alguien me acompañe
En mi camino de conocerme...
Que no sea la luz, sino que este conmigo cuando la busque.
Yo soy la respuesta,
Yo soy mi herramienta,
Dueña de mi vida y de mi andar...
Sólo quiero quien me acompañe
Por el camino que yo elija transitar.
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