Hay muchas cosas sobre las cuales me gustaría escribirte, pero para las cuales aún no estoy preparado. Al menos eso creo. Simplemente no sabría soportarlo.
Me gustaría escribir sobre lo mucho que odio a tus ex-novios. Lo mucho que odio encontrar de vez en cuando, entre los libros que trajiste al llegar a casa, las cartas que les dedicabas y que ellos tal vez nunca recibieron. Odio lo puta que te comportabas. Odio lo ofrecida que suenas con todos esos “Lo que me gusta es hacerte sentir rico” y los “Cuando vuelvas quiero que me hagas un hijo”. De verdad, lo odio.
Odio que me digas que yo he sido el mejor de todos ellos.
Tal vez he sido el más estúpido, el que te compra con gusto tus cigarros, el que te cuida el sueño, el que se preocupa por que tengas todo para preparar la cena, el que te compra tus braguitas rojas, el que te echa porras, el que confía en tu talento, el que soporta ese horrible café que te gusta tomar por las mañanas, el que tiene que aguantar con tremenda envidia lo hermosa que te miras cuando hacemos el amor, el que se quiere morir cuando sabe que a todos le has dicho lo mismo que a mi; un “te amo” mientras duermes bajo un edredón de colores. Soy el más idiota porque te creo. Soy el más idiota porque aún sigo aquí.
No estoy preparado para escribir acerca de tus ojos enamorados, ni de tus labios carnosos que me besan con furia, ni de tus piernas que me atenazan por las noches y que me piden que no me salga. No estoy preparado para escribir acerca de tu espalda y mucho menos de tus nalgas. No me trevo siquiera a reconocer cuánto estoy dispuesto a ceder por ti.
Odio tu pasado. Odio todo lo que existió antes de mi.
¿Qué sería bueno para quitarme todo esto malo que siento? ¿Qué debo hacer? He pensado en hacerme invisible, pero invisible ya soy. No me ha quitado nada de este dolor. He pensado en olvidarte, pero olvidarte me resulta imposible. He pensado en decirte la verdad, pero mentir es lo único que sé hacer bien. ¿Cómo me quito todo esto?
Me gustaría escribir acerca de lo mal que me siento después de un buen día junto a ti, después de todos esos besos y abrazos y mordiscos y lenguetazos y te amos que me das. Me gustaría decirte lo miserable que soy. Me gustaría decirte lo mucho que odio que hagas todo eso, porque cuando haces todo eso es cuando más mal me haces sentir.
¿Qué prefiero, entonces? Prefiero que no me digas nada. Prefiero no saber nada de ti ni de tu pasado ni de las cosas que has amado. Prefiero el ahora y el futuro que tendremos juntos. Prefiero pensar que el mundo antes de nosotros jamás existió. Me gustaría arrancar tu pasado con cada una de estas palabras. Me gustaría que nada antes de nuestra vida juntos existiera. Me gustaría poder pensar aunque sea un poquito menos en todo esto que odio de ti y que no me atrevo a mencionar. Me gustaría, alguna vez, poderme emborrachar contigo.
Te dejo esta nota porque quiero que lo sepas. Quiero que te enteres de estas cosas sobre las cuales me gustaría escribirte pero para las cuales no estoy preparado a enfrentar. Quiero que te enteres de lo mucho que odio tu pasado. Pero también quiero que sepas que estoy dispuesto a hacerlo todo, todo, todo, mucho mejor de lo que nunca ha sido para ti. Je te remercie beaucoup pour tout ton amour. |