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Inicio / Cuenteros Locales / YUUKOICHIHARA / \"Las espinas de la rosa-La pelea de las señoritas y la mimada cenicienta-.\" Capitulo 4

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“Las espinas de la rosa”
-La pelea de las señoritas y la mimada cenicienta-
IV

Ya fuera del auditorio, Judith me puso contra la pared, para juntarme a su cuerpo y robarme un beso, trate de reaccionar, pero mi cuerpo no me dejo ya que mi corazón latía al igual que cuando Mónica me susurro al oído, cuando me terminó de besar me dijo:
-En verdad yo no me trago la historia de que entre tú y Mónica haya algo, así…..así que te lo diré Natalia y te lo pienso decir una vez, tú vas a ser mía y no de Mónica así que mejor te digo que no te ilusiones con ella.
-Señorita Judith, no se que demonios pasa entre usted y la señorita Mónica, opero a mi no me gusta que me traten como un objeto y mucho menos como un trofeo el cual pueden ganar cualquiera de las dos.- replique enojada mientras la separaba de mi.
No se –continué –que es lo que piensen de mi, solo yo he venido a esta escuela a aprender que para eso mi padre paga mi colegiatura, así que le agradezco que me dejen de molestar.
La cara de Judith solo manifestaba una sonrisa infernal que me molesto, así que camine de largo mientras ella permanecía de pie. Mientras bajaba los escalones del auditorio, y caminaba por el empedrado para ir hacia el camino entre la cafetería y el edificio de las alumnas de tercero ella me dijo:
-Ja, ja, ja, la verdad, no me lo esperaba, eres una chica demasiado decidida, Natalia.
Me gire para confrontarla, ella ya me estaba dando su frente cuando lo hice.
-Esa actitud es la que me gusto y la verdad estoy enamorada de ti, y no quieres que ella o yo te dejemos de mimar y que estemos peleando por ti aunque todo haya comenzado ayer. Te gusta ser una cenicienta y la verdad no me molesta ser tu príncipe.
-¡Ah!, ¿si?, y ¿Por qué lo dice?- me referí a ella.
Y señalando con su mano a mi mano izquierda donde tenia la rosa que Mónica me había dado me dijo.
-Por eso, si tu no quisieras nada con ninguna de las dos, hubieras rechazado la rosa, o ¿me equivoco?, la verdad es que no.
Me sentí totalmente enfadada por lo que me decía la persona que tenía enfrente de mí y no sabia que hacer, levanté mi mano y azoté la rosa contra el piso mientras me encaminaba por el sendero. Judith me gritó algo que le escuche sin voltearme.
-Te estaré esperando al atardecer en el invernadero cerca de los dormitorios, así que asegúrate de venir.
-¡No!, ¡no iré!, ¡así que no me espere!- le grite mientras seguía caminando y lentamente llegue al jardín en donde esta la estatua de la virgen María.
Camine por el pavimento que me llevaba a mi edificio con su peldaño en la entrada y sus puertas abiertas pintadas de color rojo. En la entrada se dejaba ver la salida también con las puertas abierta-evidentemente si estaba en el otro lado, es decir la otra entrada esa seria la entrada y donde estaba ahora seria la salida, era algo confuso- y todos se extendía a lo ancho del edificio. Entre en su interior el pasillo aun estaba lleno de alumnas que se dirigirán a las escaleras que estaban al final del corredor en el lado derecho por donde yo ingrese. Seguí a las alumnas que subían lentamente. En el primer piso se encontraban cuatro aulas una que pertenecía al laboratorio, la siguiente la de computo, la que le seguía es la de audiovisual y la ultima es un almacén donde se guardan materiales didácticos como el proyector y cosas por el estilo, estas aulas estaban colocadas del lado derecho ya que había un espacio de por lo menos tres metros y medio entre las aulas y la pared del edificio. Ubicadas estas aulas de la pared lateral del edificio hasta las escaleras.
Algunas alumnas esperaban fuera del aula de cómputo, y yo me dirigía con las demás hasta el cuarto piso donde estaban los cuatro salones de teoría. En el segundo piso se encuentran las aulas del salón de música, otro que se utiliza para el área de arte y los últimos dos son una especie de aulas donde los profesores que imparten clases a los alumnos están. Para cuando subí mal tercer piso sabia que en ese se encontraba un baño para las señoritas y uno para los profesores además de que al lado del baño de las alumnas en el espacio que ocupan dos aulas, esta un vestidor donde las alumnas se cambian de uniforme para poder ir a sus clases de educación física.
Ya en el último piso están los salones de teoría ubicados alfabéticamente de la A hasta la D del fondo hasta las escaleras.
Algunas alumnas estaban en el pasillo, desde donde estaba camine hacia mi salón que tenia el letrero 1-A en la parte superior, ahí se encontraban Leí e Ivonne junto con Alejandra, al mirarme me adelante, tenia que quitarme el enojo, o por lo menos disimularlo. Sonreí mientras caminaba hacia ellas y las salude con mi mano derecha, mientras con la izquierda sostenía mi maletín.
Cuando me reuní con ellas, Leí, me dijo:
-Nat, verdad que es asombroso, no podía creer que todo esto estuviera en un solo edificio y según mi prima la señorita Judith le dijo que para tercero las cosas están aun mejor.
Al oír la palabra “Judith” de la boca de Leí, sentí un poco de aversión aunque sentí una pequeña vibración en mis labios.
-En verdad si no hubiera sabido por mi prima como estaba ubicado todo en los edificios, me hubiera con fundido, ¿no creen?- nos dijo Leí.
Todas asentimos afirmativamente el comentario de Leí, me disculpe para poder ingresar al salón que seria mi nueva casa del saber por un año, así que abrí la puerta blanca.
Algunas alumnas se encontraban en su asiento y otras estaban haciendo parejas o tríos de conversación, los asientos individuales de madera con un tipo cajón debajo del pupitre para guardar algunas cosas colocadas en 4 filas con 8 bancas cada una y estaban armoniosamente combinadas con las ventanas que estaban enfrente de mí. A mi derecha un escritorio de madera y una pizarra verde con unas tizas colocadas en la orilla inferior del mismo. Leí me hablo para decirme que su asiento estaba en la primera fila en el tercer asiento e Ivonne se sentaría detrás de mi, así que yo terminaba detrás de Leí, algo que no me molestaba, es mas me agradaba ya que me daba la impresión de que ellas dos me querían proteger.
Me dirigí a mi asiento, dando el buenos días a las chicas que me miraron al entrar, ellas devolvieron el saludo y coloque mi maletín en una especie de argolla que tenia el pupitre a un costado, me acomode la falda para sentarme, suspire y la chica cuyo asiento estaba del lado al mío me dirigió la palabra.
-Mmmm, buenos días, compañera, ¿Cómo estas?
-Pues, estoy bien, gracias, ¿y tu?- le pregunte
-Bien, bien, ah, perdona por no presentarme, me llamo Franchesca, y ¿Cuál es tu nombre?
-Mi nombre es Natalia, mucho gusto Franchesca.
De cabello negro algo largo y de ojos cafés, es decir de un aura tan común era lo que despedía Franchesca, ella comenzó a platicar acerca de la grandeza de los edificios, yo conteste parcamente aunque trate de no ser descortés.
La platica se puso interesante y justo cuando creí me iba a preguntar algo aun mas interesante, vi como todas estaban entrando, típica señal de que el profesor esta a punto de ir al salón. Leí e Ivonne se despidieron de Alejandra que desde la entrada me mando un beso con su mano y se despidió con su mano, hice lo mismo, mientras ella se encaminaba al salón de junto.
Inmediatamente leí se sentó delante mío e Ivonne detrás, mientras yo observaba a Franchesca que se quedo callada.
Leí se giro y me pregunto en voz baja si algo me había pasado, justo cuando iba a responder la puerta se cerro por una mujer bien vestida con un traje sastre de complexión delgada, cabello largo castaño con unas mechas rubias y lentes, nos dirigió los buenos días a lo que todas nos pusimos de pie y respondimos.
Mientras nos sentábamos la persona que teníamos delante de nosotras escribía en la pizarra con u trozo de tiza blancas su nombre.
“Itai Median Fiesco, asignatura: Algebra I.”, eso era lo que anoto en el pizarrón. Muchas sacaron su libreta de su maletín, aunque la profesora dijo que no la necesitaríamos por ese día. Además de decir su nombre, nos platico acerca de las reglas del curso y de los horarios.
No creí que existiera un circulo del infierno en la Tierra ya que ese era el de las matemáticas justo en la primera hora de la escuela de lunes a viernes, era un horror y no es que sea mala con el algebra, solo esperaba que el sueño no me metiera en problemas.
El pique de un dedo en mi hombro me hizo girar parciamente el rostro, Ivonne parecía estar contenta y me paso una papelillo doblado el cual abrí sin que se diera cuenta nadie, lo que decía era:” ¿Te paso algo en el auditorio?, estas muy rara desde que llegaste de ahí, puedo ayudarte si lo quieres”.
Tome mi bolígrafo que ya había sacado de mi cartera escolar y escribí en el reverso del papel donde Ivonne había escrito: “Gracias, por preocuparse por mi, pero no sucedió nada grave”.
Le devolví el papelillo discretamente, ella al parecer lo leyó y me mando otro en el que estaba escrito: “Bien, pero sabes que puedes contar con nosotras, ¿cierto?, Ale, y nosotras iremos a descansar al jardín cuando sea el receso de las doce, puedes llevar a la chica con la que estabas platicando”.
Me volví y le sonreí asintiendo con la cabeza, mientras que en ese papel que me había dado Ivonne le escribí a Franchesca: “¿Te gustaría ir con mis amigas y conmigo al jardín una vez que sea el descanso?”. Al pasarle el papel, ella lo leyó y me sonrió, lo que yo tome como una respuesta afirmativa, y volví a poner atención.
En este punto la profesora se puso a darnos instrucciones para una dinámica en la cual teníamos que presentarnos cada una y decir algo que nos gustara, y lastimablemente……si, lastimablemente estaba en la primera fila en el cuarto asiento, pero pareció que las dos chicas que estaban frente a Leí de nombres Noli y Andrea no dijeron casi nada, de inmediato le toco su turno a Leí:
-Mmmm, pues, no se que decir, en si mi nombre es Leilani Martínez Mendizábal, tengo……no quiero decir mi edad por pena y mis gustos……..pues me gusta leer y platicar con mis amigas.
-¿Tu prima es Vanesa del 2-C, cierto?-le pregunto la profesora Itai.
-¡Eh!, si, ella es mi prima hermana por parte de mi padre.
-Ya veo, bien la que sigue.- dijo la maestra dirigiendo su mirada hacia mi.
Las palabras de Leí fueron aun mas cortas que las de las chicas que estaban delante de ella así que seguía mi turno. Me levante y trate de responder con seguridad, digo tenia que hacerlo, ya que no podía vacilar.
-Mi nombre es Natalia Merlo Mondragón y mi edad, pues tengo 17 años y tengo muchos pasatiempos, al verdad no se por cual decidirme, je, je, y…….. Eso es todo.
De inmediato me senté y espere que Ivonne continuara, pero algo parecido a una extraña expresión en la cara además de una sonrisa de la profesora me perturbo, la verdad no me estaba mirando a mi, así que observé que todas miraban a la persona que estaba detrás de mi.
Ivonne….de nueva cuenta estaba dormida, pero de una manera interesante, estaba recargada sobre su puño que se apoyaba en la banca, la trate de mover para que se despertara, y su primera acción al verme fue dar un bostezo que cubrió con sus manos y estirarse los brazos, todas, se quedaron en silencio. Al parecer esto le sucedía muy a menudo a Ivonne.
Ella me miro y me dijo:
-¿Paso algo?
Todas nos unimos en una carcajada que termino de bajar de la luna a Ivonne, la profesora Itai, le pregunto si se encontraba bien y que si podía continuar con la actividad, ella respondió que si podía y se presento como Ivonne Ibarra Rodríguez y sus pasatiempos que a mi no me sorprendieron que eran dormir y comer y leer y mas dormir, fueron las palabras explicitas que uso. Así pasaron todas incluida Franchesca que tenia gustos muy semejantes a los míos, todas las demás eran muy entretenidas ya que tenían fustos algo…..normales como era de esperarse.
Así se fue la hora de que faltaba de algebra, después de que la campana que señalaba el termino de la clase sonó, y la profesora Itai salió, ingreso un maestro de traje negro, alto y de cabello chino con lentes, de nuevo se presento y nos pidió que sacáramos nuestro libro de texto de ingles y nuestra libreta.
El nombre de tan peculiar profesor era Abraham Ortega Ramírez, paso lista mientras contestábamos y nos miraba como memorizándose nuestras caras y nuestros nombres. La clase no fue aburrida ya que aprendimos algo de vocabulario que anotamos en al libreta como un tipo glosario mientras las repetíamos después de él. Al termino de las dos horas de la calase de ingles ya teníamos tarea de nuestro libro de texto-en otras escuelas esto no seria legal, creí que por regla general el primer día no era tan exigente, pero creo me equivoque- después de la clase nos dirigimos al segundo piso donde tomaríamos clase de música así que bajamos por las escaleras hasta ahí y ya en ese nivel caminamos por el sendero hasta el ultimo de esos salones.
Al ingresar a el un enorme piano de color negro parecido al que teníamos en los dormitorios empezaba asonar por una profesora delgada y de tres morena clara, su nombre con el cual se presento era Lizbeth Nuñes y nos hizo nuevamente que nos presentáramos y decir quienes eran las personas que se quedaban en los dormitorios, al ver a las chicas de nuevo, pude notar que aparte de Leí, Ivonne y yo, solo había una chica mas que estaba en los dormitorio, su nombre era Patricio Mejía, una joven delgada de cabello negro con rayos de color rojo en el cabello largo amarrado con un listón del mismo color al de su brazo izquierdo.
Este ejercicio era para que las chicas que estaban quedándose en el dormitorio practicaran en el piano, algo que no se me daba muy bien y eso lo comprobé ya que en el taburete rojo donde en una esquina estaba la profesora sentada, hizo pasar una a una para que tocaran las teclas del piano que ella tocaba, era como un examen diagnostico, todas pasamos a hacer lo que podíamos, pero lo que nos sorprendió era que Franchesca e Ivonne tocaron las notas con suma calma y precisión, empero aquí había un pique algo bueno ya que la maestra decidió complicar las notas y pasarlas individualmente, la precisión era exacta no se prestaba ninguna a una equivocación.
Al final quedaron empatadas, sin embargo ambas se llevaron los aplausos de nosotras, Leí, me miro y me dijo.
-A pesar de que Ivonne es algo perezosa creo que nos podrá ayudar en la clase de música, ¿no crees Natalia?
-Ummm, si creo tienes razón.- respondí.
En eso sonó nuevamente la campana que marcaba el fin de otra clase.

Texto agregado el 09-12-2009, y leído por 103 visitantes. (0 votos)


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