“Las espinas de la rosa”
-La primera semana y una mentira que se volvió realidad-
VII
Nuevamente se presento una situación de la cual no odia huir, a menos que milagrosamente de mi nariz o de mi boca saliera sangre a montones, no se porque Dios en esos momento no se apiado de mi y me hizo que mi cuerpo se descontrolara de esa manera, bueno eso era lo que pensaba.
Calladas y claro que sin ningún comentario para decir, la única que me parece ser tubo la cabeza fría para poder hablar una frase o mejor dicho una oración que iba con el momento se trataba de Leí.
-Buenas noches señorita Judith, perdone no la hayamos saludado como se merece.- y sutilmente me dio un codazo que interprete como:”Y tu que esperas actúa natural”.
Así lo hice y de mi boca, como de las muchachas que tenia frente a mi salió un temeroso, “buenas noches”, aunque fue bastante para poder amortiguar lo que vendría después. Leí continuo la plática y le dijo a la representante.
-Lamento decirle que mi prima no esta aquí, esta en los dormitorios por si la buscaba.
-Ya veo, así que Vanesa se fue a descansar, mejor, pero…. esto no tiene nada que ver con ella, mas bien tiene que ver con la chica que esta a tu lado.- dijo.
Cuando escuche esto sentí que la fuerza se me iba, si hubiera estado de pie, no lo crean no me hubiera desvanecido, sin embargo y no se si dar gracias a Dios, estaba sentada. Mire fijamente a las personas que tenía paradas delante de mí. Por un lado Judith, como me pidió que le llamara después, tenia los brazos cruzados, y Mónica…. que decir de ella, tenia la mirada baja como si hubiera hecho alago malo, al menos eso creía, ya que levanto por un momento al mirada y me sonrió con ese tipo de sonrisa que suelen tener los villanos de anime.
Su piel blanca como la nieve y sus ojos me intimidaron, sin embargo eso no me distrajo del comentario de Judith, que solo pude responder con palabras o monosílabos, silo quieren entender de esa manera.
-¿Eh?....... ¿Yo?
-Si contigo, vamos no es nada malo, solo quiero preguntarte algo, concerniente a esta tarde-me miro fijamente, y yo mire de reojo a Alejandra, podía ver que sentía cierto alivio ya que su cara no mostraba preocupación alguna. Volví la mirada y la expresión en el rostro de Judith manifestando que esperaba una respuesta, no me dejo otra salida.
-Si, claro, porque no- respondí apresuradamente.
-Bien-y dirigiéndose a mis compañeras les dijo- chicas que les parece si nos dejan a las tres hablar, vayan por sus alimentos, miren la fila ya avanzo.
Y como que no creyendo en sus palabras volví la mirada al mostrador, efectivamente se encontraba vacía, en si nosotras éramos las únicas que no tenia su bandeja con su comida, pero lo que mas me estrujaba era que las miradas de las demás se aprisionaron justo donde estaba, además de que veían a Mónica.
Ivonne y Alejandra se levantaron de sus asientos y me miraron con una cara que me podía decir: “buena suerte”, la ultima en hacerlo fue Leí que suspiro, mientras me miraba, y alzo sus cejas mientras se alejaban de donde estaba, era como si huyeran de un aura de muerte que se avecinaba a donde estaba.
Tanto Judith como Mónica se sentaron el los lugares que habían ocupado Ivonne y Alejandra, Judith se sentó frente a mi, era realmente hermosa, su cabello oscuro y sus mechones rubio que combinaban esplendorosamente y unos ojos de color café que resaltaban con su tés morena clara. Sus labios finos como los de Mónica comenzaron a moverse para decirme:
-Tienes una mirada preciosa, ¿son tus ojos naturales?
Me sonroje, era la cuarta vez que lo escuchaba ese día por diferentes personas, era como si solo vieran eso, no era que mi cabello fuera feo, ni nada, es mas me gustaba mas mi cabello castaño claro que mis ojos.
De repente Mónica hablo y le dijo a Judith.
-Es perfecta no te parece.- y me sonrió lentamente mientas su mano tomaba la mía que estaba en la mesa.
-Además tiene en piel muy tersa y blanca, ¿no te parece?-. Dijo de nuevo.
Judith carraspeo la garganta y solté mi mano de la de Mónica rápidamente, la coloque debajo de la mesa y me volvió a sonreír.
-Si, en efecto, es hermosa, la verdad, muy hermosa, pero no me parece que solo te bases en su hermosura para decidir que ella será tu vice representante cuando pases a tercero y yo me haya graduado.-le respondió Judith a Mónica.
Ni entendía que era lo que querían decir, el chirrido de una silla detrás de mi se escucho, volví la mirada, vi que eran tanto Leí y las otras que se sentaron en la mesa de detrás, y las miradas de las otras chicas no dejaban de estar sobre mi espalda.
-Bien, dime tu nombre.-me pregunto Judith.
-¡¿Eh?!....m…mi no…nombre es Natalia, Natalia Merlo Mondragón.
-Vaya, vaya, así que así te llamas, tienes un bonito nombre y uno bonitos ojos Natalia.-me dijo la representante mientras se llevaba su dedo índice a la comisura de sus labios.
¡Eh!, gracias, mu...muchas gracias, je, je.- respondía algo avergonzada.
Creí que estaba a salvo, sin embargo, creo que las preguntas algo molestas vinieron después de ese gracias que dije antes; la representante Judith me miro y me dijo:
-Natalia, ¿tienes novio?.
Me quede en shock, no tenia porque responder esa pregunta, pero mi rictus no era tan alarmante como el que se dejaba ver de la cara de monica ya que ella alzo ambas cejas viéndola, esto lo vi de rápido mientras tenia la mirada perdida entre ella y Judith.
-¿Este?, bueno, la verdad, pues…. no, la verdad no-. Esta ultima parte me salió con naturalidad ya que era cierto hasta aquí no había mentido en nada, pero creo que me iba a arrepentir, no se si el resto de mi vida, pero lo que sucedió era algo que me pus los nervios de punta.
-Ya veo, ya veo; dime Natalia…. ¿te gustaría ser mi pareja?-.dijo seriamente la persona que tenia delante de mi.
El sonido de una cuchara chocar contra un plato se dejo escuchar, y mi mirada solamente se podía centrar en que esos momentos mi corazón latiera realmente fuerte, el nombre de dicha persona era Judith Delgado Alanís.
La representante se levanto de su asiento y se dirigió hacia donde estaba, yo la segui con la mirada, se coloco a mi lado y doblándose hacia mi, su cara estaba frente a la mia. Trague algo de saliva lentamente y volví a mirar a Mónica que estaba algo seria, algo me hizo volver la mirada hacia Judith, y era su mano derecha que se poso en mi barbilla y giro mi cabeza. Sus labios delgados se aproximaron a los míos y los tocaron en un beso lento que si me permito decir que era algo extraño como se sentía, podría decir que sabían a fresa, eso se debía a su labial.
No podía cerrar los ojos, pero ella si lo hizo, solo se que la sangre se me subió toda a la cabeza y mis manos que habían permanecido entrelazadas debajo de la mesa se soltaron débilmente con cierto escalofrío que recorrió desde la punta de mi cabeza has las uñas de mis pie, con una sensación en el estomago de movimiento algo raro.
Un sonido impactante me hizo reaccionar y apartar mi cara algunos centímetros de la de Judith, ese estruendo era el puño de Mónica que se había estrellado contra la mesa de metal, y mientras se levantaba, Mónica prorrumpió en una frase estruendosa pero a la vez serena, era como si le dieran celos.
No quería voltear por nada la mirada, supongo que nadie en mi situación lo hubiera hecho, ni todo el oro del mundo me hubiera forzado a voltear. Sentía que si lo hacia, un tsunami de miradas extrañadas se armaría. De por se los susurros se habían escuchado y el colmo fue el sonido de la cuchara de Leí que choco contra su plato.
-¡¿Qué crees que estas haciendo Judith?!- dijo Mónica
-Mmmm, pues creo que era obvio, Mónica estoy ligando, además Natalia dijo no tener novio-replico Judith.
-Si…. Y que tal si ella mintió, quieres hacer lo que te de la gana o ¿Qué?-dijo enérgicamente Mónica en respuesta.
-¡Vaya, vaya!, quien lo diría, la gran Mónica Díaz Fernández, tiene celos de mi, pero no me impresionan tus celos Mónica, lo que me impresiona es que te pongas celosa cuando bese a Natalia, a menos de que haya algo entre ustedes.
Esto me puso entre la espada y la pared, no sabia que hacer si pararme a defenderá Mónica o a Judith, aunque esto no hubiera servido de nada, ya que se veía esto iba estallar en cualquier momento, ´pero fue un grave error de mi parte. Solo me quede callad y sentada a esperar como terminaba todo esto, claro que es de suponer que el curso de las cosas no iba por buen camino. Y más con lo que siguió de los labios de Mónica.
-Pues si, hay algo, Natalia te dijo que no tenia novia…..porque….
El silencio de los labios de Mónica me hicieron inferir lo que pretendía decir, y aunque lo sabia, no hice nada para impedírselo, no se si era inevitable.
Si, porque, ¿Qué?- le pregunto Judith.
-¡Porque ella es mi novia!, y tenemos algunas semanas saliendo.- respondió.
Trague saliva rápidamente, y me levante, esto se había paso de la raya y era hora de que tratar de terminar este juego que solo me había dejado mal parada con una persona como Brenda que ni siquiera conocía y ahora detrás de mi las miradas se formaban, sin embargo antes de que pudiera decir algo Judith respondió a lo que Mónica tan sagazmente había dicho y que era una mentira.
-No lo creo, ¿Por qué no lo pruebas?, si me demuestras que es cierto dejo de molestar a Natalia y la dejo ser la candidata para que sea tu vice representante, ¿de acuerdo? Desafío Judith con esta oración que no hizo más que hacerme quedar estática.
Bien, como tú quieras- respondió Mónica.
Y desde donde estaba, Mónica se desplazo hacia donde estaba parada, al tenerla frente a mi, ella tomo mi cintura con su mano izquierda y me acerco a su cuerpo escultural, cuando lo hizo súbitamente me dio un beso, pero era un beso realmente apasionado, los susurros se volvían a dejar escuchar en la cafetería.
Lo curioso es que el beso que me impresiono demasiado no era tan sorprendente al momento en que Mónica me junto a su cuerpo, sus senos rozaron con los míos y la verdad el tamaño de las dimensiones era demasiado notorio, en esos momentos las palabras de “34-B”, vinieron a mi cabeza.
Después del beso que duro alrededor de un minuto, Mónica se despego de mí y le dijo a Judith viéndola.
-lo ves, ella es mi novia, así que si ya estas conforme te pediré que no la molestes mas por favor, a menos que quieras que la empiece a manosear enfrente de todas.
No, no es necesario, creo que con eso basta-le dijo a Mónica.
Pero, dime Natalia, ¿en verdad eres pareja de Mónica?- me pregunto a mi.
Mire repentinamente a Mónica y vio su cara de decisión que enfrentaba la figura de Judith, no se si estaba hipnotizada, pero decidí apoyarla, lo que fue un grave, grave error, pero pensándolo bien fue el mas dulce de mis errores, ya que algo en mi interior se sentía alagado de que dos chicas se pelearan mi; claro que el significado de estas palabras perturbaría a cualquiera pero no a mi.
Tome aire mire a Judith y le dije:
-Si, así es, Mónica y yo somos pareja, perdona por haberte mentido anteriormente pero no me es fácil para mí expresarlo.
-Mmmm, ya veo, entonces no hay mas que decir, me voy, bueno, me despido de todas, y Natalia, si fuese tu me andaría con cuidado con Mónica.
-Pero no lo eres Judith, eso es lo que pasa.- respondió Mónica mientras cruzaba los brazos.
Si, tienes razón, bueno me marcho, ¡buenas noches a todas, las esperamos a las siete en punto en el auditorio!, y dándose la vuelta tomo rumbo hacia la puerta en donde desapareció.
Mónica la siguió sin darme la cara, yo que estaba ahí anonadada la verdad no podía dejar de saber que era lo que pasaba, así que le pregunte:
-¡¿Eh?! señorita Mónica, este, pues…..¿que….fue todo eso?.
Se volvió a mí y me sonrió y me dijo:
-No te preocupes Natalia, solo se que eres muy linda y que me gustas mucho, así que tu vida a partir de mañana va a cambiar, nos vemos.
Y lanzándome un beso con su mano se marcho también por la puerta, solo pude decir un adiós que se fue debilitando hasta quedar en silencio.
Ahora quedaba afrontar a la muchedumbre que tenia detrás de mi, así que me arme de valor y gire, la verdad yo esperaba algo de rechazo y cosas por el estilo, per gran fue mi sorpresa cuando al volverme varias chicas se acercaron a mi incluyendo a mis amigas y empezaron a gritar como locas cosas como: “¡Wow, en verdad es tu novia, que envidia!” y sonidos que se hacen cuando se trata de denotar que hay algo entre un chico y una chica, bueno, en este caso era chica con chica.
Solo Leí no hacia estas cosas, así como Ivonne y mucho menos Alejandra que se podía decir sabia la verdad, ellas solo se acercaron para sacarme de ese manicomio que se había vuelto la cafetería.
Al salir y caminar hacia los dormitorios nadie dijo nada ni cuando entramos y ni mucho menos al subir por las escaleras y llegar al piso, nos mantuvimos en silencio todo el trayecto a nuestras habitaciones por aquel sendero tapizado de alfombra roja y un seco “nos vemos mañana” salió de nuestras bocas mientras cerrábamos las puertas.
Ya en la habitación, me quite los zapatos, me senté de nuevo en la orilla de la cama y mire detenidamente a Leí hasta que le dije:
-¿Leí, puedes decirme si lo que paso fue un sueño?
Ja, ja, ja, ja, la verdad si es un sueño, es el sueño de muchas chicas, la verdad supiste manejar la situación yo creí que te ibas a desmayar, pero no.- me respondió mientras se reía y se tomaba con ambas manos el estomago.
No sabia que decir, solo se que me moría de vergüenza y mas cuando Leí me pregunto que iba a hacer con lo que sucedió, yo solo me límite a responder.
-Nada de seguro, para mañana se olvidara todo, ¿no lo crees?
Si, tienes razón, aunque creo esta semana será realmente pesada para ti, amiga, pero si tienes suerte los rumores se irán desapareciendo.- me dijo Leí.
Le avente mi almohada de juego y comenzamos una guerra de almohadazos en la habitación, mientras nos reíamos a carcajadas; luego de un rato de estar jugando, Leí se metió al baño a darse una ducha, y cuando salió vestida con su pijama azul cielo que la hacia ver realmente adorable entre al baño para refrescarme.
Abrí la llave de agua caliente y la templaba con el agua fría de la otra llave, cuando alcanzo su temperatura perfecta me desvestí teniendo cuidado de no maltratar mi uniforme colgándolo en unos ganchos que estaban detrás de la puerta del baño. El agua tocaba mi cuerpo tal y como lo hacia esa mañana, pero sabia perfectamente que no estaba mas en mi habitación y que ese día era el inicio de todo. Al terminar de ducharme me seque con la toalla mi cabello y mi cuerpo y me coloque mi ropa interior y después mi pijama rosa, al salir un chiflido halagador salió de los labios de Leí además de una cámara fotográfica donde me saco una foto, después de tratar de quitarle la cámara decidimos sacarnos una foto para un retrato las dos y esperando llegara el día de mañana para poder sacarno0 una todas juntas, después de eso regrese a mi cama y me acosté, Leí apago el interruptor y me deseo dulces sueños; yo lo hice igual y comenzamos a dormir.
Sin embargo en mi mente se repasaban las escenas de ese día que sabia era el primero y lo extraño era que no era el primero de clases sino mas bien era un previo, todo había pasado, me encontré a Mónica, conocí a varias personas nuevas y ahora tenia una novia ficticia, eran demasiadas emociones para mi, y mas que yo no sabia quela mentira que había dicho Mónica se volvería realidad por mis palabra, así comenzó mi vida en el colegio para señoritas Lillian, así que cerré los ojos y trate dormir, sin saber que era lo que me esperaba esa semana.
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