La agridulce consistencia de la melancolía,
almidona mis fantaciosos recuerdos, que se presentan erguidos, tiesos, lacerantes, como pinos en un bosque, luminarias en la acera, cruces en el cementerio...
Quizás exagero, tal vez no sean mas que mondadientes pinchando trocitos de queso o aceitunas.
Pero aquí estan, perforando mis ilusiones de olvido,
machacando mis sueños de pseudo-independencia de tí, vistiéndome de tus colores, engrilletéandome a tu siempre ausente presencia.
Yo, como lobo aullándole a la luna, en medio de mis
solitarias noches, le grito al universo tu nombre al
derecho y al revéz, lo desarmo letra por letra, y con
ellas adorno mi falda o mi pelo suelto, a veces lo arrollo y me lo fumo, o lo pulverizo y me maquillo con él...
Malditos recuerdos, maldita melancolía, y maldito tu nombre, que cíclicamente me visitan, atormentan y enloquecen. |