Su silueta se dibujaba al trasluz de la calle por la ventana. Era una noche fría, de hecho, el blanco del aliento humano perteneciente a la dama que transitaba por la calle era similar al humo del cigarro vertido por los labios de él sobre los hombros de ella...
-- Es hermosa, no lo crees?
-- Sí, lo es
-- Casi puedo adivinar la sensación tibia habitante en su vientre
-- Sus labios destilan el perfume de su alma...
-- Tiene el cuerpo deliciosamente suave...

Sus manos se paseaban delicadamente por su cintura, un beso recorría su cuello desnudo. Ella cerró los ojos...
-- Crees que algún día ella me pueda amar?
-- No es imposible, pero, si ella se enamora de mí?
-- Tengo la ventaja de ser mujer...
-- Yo el encanto de ser varón...
-- Ella será para m...

La frase no concluyó ahogada por un beso en los labios de ella. La cama se volvería a desordenar. Tal vez por unas horas más la noche dejaría de ser fría en la habitación 27...