Y entorné los ojos
para que de golpe
no me "atragantara"
la visión perfecta
de tu encuentro.
Y miré despacio
para que tu mirada
no cegara la mía
en su intensa luz
y me apagara.
Me asomé al balcón
de tus pestañas,
perdiéndome en la idea
del suicidio...
y me dejé caer por ellas
mientras el vuelo de tu ángel
me salvaba.
Ojos que miran
más allá
y que me traspasan.
Ojos rebeldes
que levantan asonadas
y revuelcan mi pasión
y se divierten mientras matan...
Ojos traviesos
que rebuscan hasta el alma
y disfrutan con su juego
de revestirme primero
con su traje de miradas
para desnudarme luego
impúdicamente el miedo
de armaduras oxidadas...
Texto agregado el 09-12-2009, y leído por 165
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