EL INFIERNO
Yo me quiero ir al infierno. No puede ser tan malo como todos dicen que es. Estoy casi seguro que en el cielo me voy a aburrir. No hay sed, no hay hambre y las emociones que hay después de estas, no me dan nada por seguro. Además todo es blanco, y no hay suelo ni techo. Hace poco me enteré que los serafines tienen siete alas, los ángeles dos, y Dios tiene miles. Yo no tengo alas, eso si lo se, por eso me quiero ir al infierno. Además allí están mis personajes favoritos: Hitler, el Che, Mao Tze Tung y Sid Vicious. En el cielo está Martín Lutero y sus seguidores. Además no veo por que los humanos puedan tener alma y los animales no. Estoy seguro que en el infierno deben de estar los tiranosaurios rex y los velociraptors que se comían a sus prójimos. En el cielo está de seguro el arca de Noé, además de los bebés que no aprendieron a pecar por que se murieron antes.
En el cielo me voy a perder y no me voy a poder ubicar. Si estoy en el cielo, y por error peco, me voy a ir al infierno y lo voy a lamentar por toda la eternidad. Pero si comienzo desde el principio en el infierno, no hay nada que perder. A mi siempre me gustó saltar y gritar; pero en las iglesias está prohibido. Al parecer las iglesias son lo más cercano entre Dios y nosotrs los humanos, entonces seguramente tampoco puedo saltar y gritar en el cielo.
-Pero en el infierno te quemás y los monstruos de las películas te comen…
- Si pero no te podés morir, o al menos eso me dijo mi abue. Dijo que era eterno y que no podés escapar. Entonces creo que son más bromas pesadas que verdades.
Además mi abue me dijo que el diablo no tiene cuernos de toro como nos dicen generalmente. El diablo tiene forma de humano, es posible que hasta tome forma de niño. Entonces vos podrías ser el diablo, y ni siquiera lo sabes todavía, y viste, me agradás.
|